Tuxtla Gutiérrez sufrió durante muchos años graves problemas sanitarios ante la falta de un servicio eficiente en el manejo de la basura generada por la población. La contaminación por el uso de un basurero a cielo abierto, amontonamiento de residuos en cada esquina de las colonias, dispersión por fauna nociva y el taponamiento de alcantarillas que en tiempo de lluvias generaba inundaciones, eran las constantes afectaciones ante la falta de un esquema que fuera exitoso desde la recolección hasta la disposición final.
Cuarto Poder entrevistó a los encargados de que el manejo de la basura se haya transformado de un conflicto para los tuxtlecos, a un esquema modernizado de gestión de residuos que incluye el plan de instalar contenedores en toda la ciudad, renovación y monitoreo de unidades recolectoras, hasta el traslado a un relleno sanitario a las afueras de la ciudad que cumple con la normatividad señalada por la autoridad ambiental mexicana y europea.
¿Sabes en dónde termina la basura que se genera en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez?
Alejandro Castañón, gerente general de Veolia Tuxtla, en un recorrido por las instalaciones del relleno sanitario capitalino reveló que la ciudad genera de 550 hasta 700 toneladas de basura al día, por lo que se requiere de un esquema ordenado que transporte los residuos desde las calles de la ciudad a un destino final que no implique afectaciones para la población.
El proceso inicia desde la instalación de más ocho mil contenedores en la ciudad para evitar que la basura se cumule en las esquinas. Con ello se disminuye el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas al encapsular los residuos, y así evitar su dispersión por lluvias, aire, animales callejeros e incluso las plagas de roedores, con ello manteniendo limpias las calles, banquetas y espacios abiertos.
Para realizar el proyecto de colocación de contenedores en la ciudad se realizaron estudios en campo con expertos de países como Argentina, Colombia y España, esto incluyó visitar las colonias en donde se presentaba el mayor número de conflictos con respecto a la colocación de la basura.
Se realizaron investigaciones esquina por esquina de los volúmenes de basura promedio que se generan entre ciudadanos y comercios, y con esto se determinó la cantidad de contenedores que debían colocarse en cada esquina o espacio en donde los ciudadanos acostumbraban a depositar la basura.
Los análisis arrojaron la viabilidad de utilizar contenedores plásticos de un material resistente a las condiciones del clima de la ciudad de Tux-tla Gutiérrez, ya que en caso de haber elegido materiales como el metal, el tiempo de durabilidad sería menor.
Además es importante destacar que con la basura colocada en las esquinas o en el centro de las calles, se generaba la presencia de perros o gatos que contribuían a mantener sucias las calles y, por ende, un impacto negativo en épocas de lluvia, generando inundaciones por las alcantarillas tapadas, donde mucha de esta basura terminaba en el río Grijalva.
Los contenedores evitan la propagación de enfermedades ya que se reducen los focos de infección, y en las temporadas de lluvia se evita la proliferación de mosquitos u organismos vectores que contagian enfermedades como los virus del zika y el chikungunya.
A decir de Alejandro Castañón, gerente de Veolia en Tuxtla, las autoridades ambientales han reportado un descenso de presencia de basura en el río Grijalva de hasta un 30 por ciento, además de que en algunas colonias se evitó la presencia de lagunas o inundaciones.
Transportación
Después de depositarla en los contenedores, la basura es compactada y transportada en los camiones de colecta que realizan la entrega de basura en el centro de transferencia localizado en el libramiento Norte de la ciudad, en donde se separa la mayor parte para finalmente ser llevada al relleno sanitario, el cual es el sitio de disposición de los residuos sólidos.
Con el proyecto de contenerización se debió implementar una nueva flotilla de camiones de colecta, los cuales fueron elegidos en base a las condiciones de las calles y avenidas que diariamente recorren, por lo que se optó por camiones “chatos”, generando así una mejor visibilidad para los conductores y evitando con ello complicaciones al momento de girar en calles reducidas.
Las unidades cuentan con sistemas de geolocalización en tiempo real, así como con un sistema de cámaras que permiten a los directivos supervisar el recorrido de cada una de las unidades, y en el caso del chofer poder visualizar la parte trasera de la unidad, con la finalidad de evitar riesgos en el momento de desempeñar sus labores rutinarias.
Las unidades cuentan con la capacidad de cargar 15 toneladas de basura, al mismo tiempo que están equipadas con sistemas para el depósito de la basura desde los contenedores y un mecanismo de compactación de la basura que reduce los tiempos de traslado al sitio donde debe llegar.
Los camiones con los que se contaba antes sólo podían cargar 10 toneladas; con la actualización se pudo incrementar la distancia que recorre cada ruta y con esto también se pudieron hacer más eficientes los tiempos de traslado.
Los horarios de labores son de ocho de la mañana a una de la mañana del día siguiente y se cuenta con dos turnos de recolección: el primero realiza labores desde las seis de la mañana a las dos de la tarde, y el segundo realiza la colecta de las seis de la tarde a la una de la mañana.
En el primer turno se cuenta con 20 rutas y en el segundo se cuenta con 11 rutas a las que se suman dos más que están destinadas a establecimientos grandes como plazas y mercados.
El relleno sanitario
Desde hace 15 años, Tuxtla Gutiérrez cuenta con un relleno sanitario en el que día a día se reciben un promedio de 550 toneladas de desechos que se generan en viviendas y comercios a lo largo de 24 horas.
Inicialmente el proyecto estuvo concesionado a la empresa Proactiva, la cual fue comprada por la empresa franco mexicana Veolia desde hace aproximadamente tres años.
Hace cerca de dos décadas, los desechos generados por los capitalinos terminaban en un tiradero a cielo abierto, localizado en el extremo sur-poniente de la ciudad, a tan sólo algunos metros de donde se ubica actualmente el relleno sanitario.
El lugar era desordenado y no cumplía con las disposiciones ambientales establecidas en la Normal Oficial Mexicana (NOM-083), ya que los desechos eran depositados en un sitio no impermeable, generando gases de efecto invernadero.
El lugar contaba con alta presencia de fauna nociva, además de ello, se tenía la presencia desordenada de los llamados pepenadores.
En la actualidad, el relleno sanitario cuenta con siete celdas para ser utilizadas como espacios de disposición final de los desechos.
Y en cumplimiento con las normas legales establecidas, las celdas son espacios que cuentan con materiales impermeables y además se colocan capas de tierra con las que se sepultan los desechos.
Dejando con ello a un espacio reducido el lugar determinado como frente de trabajo, por lo que prácticamente la basura sólo se encuentra expuesta unos momentos mientras es removida para su disposición final.
Las llantas son trituradas en una máquina y se tienen espacios destinados para tales fines, aunque algunas de ellas son utilizadas en las orillas de las celdas de disposición final.
Semestralmente el sitio es evaluado por las autoridades ambientales para conocer la situación en la que opera y si se da cumplimiento a las especificaciones en la norma, pero la propia empresa cuenta con un área técnica que realiza las inspecciones bajo estándares de calidad europeos.
La operatividad del relleno sanitario
Rosendo Chávez, jefe de Servicios del relleno sanitario, reveló que en el sitio laboran diariamente 18 personas, entre operadores de maquinaria pesada, conductores de camiones y personal que se encuentra en el frente de trabajo realizando el apoyo a la maquinaria que realiza las labores, de acomodamiento, compactación y relleno en las celdas de disposición final.
Aseguró que el relleno sanitario con el que cuenta la capital del estado es una obra de ingeniería civil que evita problemas ambientales, en especial con los lixiviados.
Explicó que de manera previa a que se coloque un solo gramo de basura, en el sitio se realizan estudios de mecánica de suelos para ver la vocación con que cuenta el predio, por lo que en caso de que no cuente con las características especificadas en la norma, se realiza la colocación de una geomembrana.
El material con el que cuentan las celdas del relleno sanitario supera por mucho las especificaciones de la norma, puesto que ésta exige que el material cuente con una permeabilidad de uno por 10 a la menos siete metros sobre segundo, con lo que la humedad no puede bajar más de tres milímetros por año, pero el material con el que cuentan las celdas es de uno por 10 a la menos 12, por lo que no existe manera de que se filtren los lixiviados.
De cualquier manera, si existiera alguna falla que permitiera la fuga de lixiviados, también se cuenta con un material adicional que se denomina geocompuesto, el cual incluye una capa de un material denominado bentonita que tiene el objetivo de sellar las fugas que pudieran existir en las celdas.
Cada tractocamión que acude a depositar los desechos en el relleno transporta entre 25 y 30 toneladas, aunque en épocas de lluvia llegan a ser hasta 35 toneladas, esto por la humedad con que cuenta la basura.
Explicó que para evitar malos olores así como la propagación de la fauna nociva, las celdas cumplen con la condición de ser rellenadas con tierra y cada celda tiene niveles de cinco metros, dando cumplimento a las especificaciones de la norma.
En el sitio existen lagunas de lixiviados, los cuales son recolectados por pipas destinadas para el fin y posteriormente son regados sobre las celdas, con la finalidad de que los mismos se evaporen, tal como lo especifica la NOM-083.
Los trabajadores laboran bajo medidas de bioseguridad, ya que cuentan con un equipo especializado para realizar sus tareas, a lo que se suman mascarillas con filtros especiales.
Dignificación de los colaboradores
En la actualidad, el trabajo de los empleados del área de colecta es más digno, ya que cada uno de ellos evita el contacto directo con la basura y con esto se redujo la cantidad de riesgos y lesiones que constantemente sufrían como cortaduras o lesiones por estar en contacto con artefactos punzocortantes, metálicos o vidrios.
La colecta manual obligaba a los trabajadores a doblarse en al menos unas 500 ocasiones diarias, a lo que se suma el hecho de que muchas veces los líquidos de la basura se derramaban sobre sus uniformes.
Generación de biogás
En la actualidad no es posible generar las cantidades de biogás que permitan la producción de energía eléctrica, ya que para lograr esto se requiere de al menos mil toneladas de basura diaria, cantidad que no es producida por la capital de Chiapas.
Veolia concluirá el contrato con el que cuenta en Tuxtla Gutiérrez en el año 2026, por lo que en caso de renovación del mismo, se deberá renovar por 20 años más.
El gerente general de Veolia Tuxtla también dio a conocer que la empresa realiza las labores de mantenimiento del sitio clausurado (donde existió el tiradero a cielo abierto), así como labores de barrido mecánico de las calles que el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez le indica, cumpliendo con dos mil kilómetros de recorrido de manera mensual.