Vestir y sentar al niño Dios, tradición que sobrevive
En los mercados públicos existen locales enteros que se dedican a la venta de ropa y sillas para niño Dios. Diego Pérez / CP

Chiapas está rodeado de tradiciones y costumbres, muchas de ellas de origen católico, como la de nacer, vestir y sentar al niño Dios, una festividad que se realiza entre el 24 de diciembre y el 2 de febrero y que al paso de los años sobrevive todavía en algunas regiones.

La tradición marca que el niño Dios se debe nacer el 24 de diciembre, aunque algunas personas lo hacen entre esa fecha y el 6 de enero; mientras que el vestirlo y sentarlo se realiza antes del 2 de febrero, día de la Virgen de Candelaria, que indica los 40 días desde el nacimiento del niño Dios.

El Día de la Candelaria se reúnen familia, amigos y vecinos. Posteriormente, se acostumbra levantar al niño Dios. A la par, se guardan las figuras del Nacimiento para el fin de año. Esto debido a que la costumbre era mantener el pesebre hasta este día.

Vestimenta

El proceso de la sentada del niño Dios inicia con la búsqueda de la vestimenta. Puede ser de lino, manta, paño, seda y encaje, de distintos colores y formas, que aluden a diversos santos y vírgenes, incluso de otros personajes, como el parachico.

Los precios oscilan entre 120 hasta más de 200 pesos, dependiendo el tamaño y la ropa que se elija. Generalmente en los mercados públicos existen locales que se dedican a la confección y venta de la ropa, incluyendo la silla donde se coloca.

Ya vestido el niño Dios es paseado por las calles, seguido por los invitados, quienes entonan cantos religiosos acompañados de velas y cuetes, hasta llegar a la casa del anfitrión, quien es el encargado de ofrecer las típicas hojuelas, tamales, dulces, café o champurrado.

Abundancia

Se dice que con esta celebración el anfitrión tendrá abundancia y será dichoso durante todo el año, ya que para hacer esta celebración debe hacer un gasto algo sustancioso, como en las hojuelas, que llegan a costar hasta 500 pesos la caja para 50 personas, igualmente en refrescos.

Para la sentada depende de cada anfitrión, pero algunas personas gastan en música. Así lo hizo doña Angelita, quien pagó tres mil 500 pesos al contratar a un grupo para la sentada de Niño que celebró recientemente; además dio botanas, mistela, compró desechables, dulces, por lo que gastó alrededor de cuatro mil pesos.

Las madrinas o padrinos gastan en vestir de manera atractiva o glamorosa a su niño Dios como retribución por el pago de una manda o por la necesidad de fortalecer su fe en tiempos difíciles, como los que actualmente se están viviendo.

Orígenes

La tradición de vestir al niño Dios nació en México en febrero de 1912, en la iglesia de la Candelaria de los Patos, donde lo levantaban del pesebre para después cubrirlo; sin embargo, se dice que el origen se remonta a la liturgia de la Purificación, donde padres de familia acercaban a sus hijos pequeños a recibir la bendición.