Víctimas del 7S buscan reconstruir tejido social

La Sierra Madre de Chiapas alberga a la reserva de la biosfera El Triunfo. En ella habitan flora y fauna imposibles de encontrar en otras regiones del mundo. De toda la lluvia anual registrada en México, el diez por ciento corresponde a esta reserva.

En su zona de transición o amortiguamiento, hay treinta y cuatro comunidades con casi 15 mil pobladores.

Frente a la riqueza biótica de la reserva El Triunfo, Cuarto Poder pudo constatar la precariedad material de muchas de las comunidades que se asientan en la zona.

Ausencia de servicios de salud, caminos intransitables en temporada de lluvias, casas y escuelas siniestradas por el terremoto del 07 de septiembre del año pasado, son parte del paisaje.

Casi invisibles al resto del estado, muchas comunidades afectadas no recibieron ayuda. Vista Alegre, en el municipio de Montecristo de Guerrero, fue una de ellas.

Adán Pérez Vázquez, pequeño productor de café, platica consternado que el terremoto culminó un ciclo de carencias, iniciado hace al menos cuatro años con la roya.

Monte Virgen, otra comunidad en el mismo municipio, fue igualmente dañada. Esta localidad ha generado una sinergia con el trabajo conservacionista, es un ejemplo de organización comunitaria. En ella está estrictamente prohibida la cacería y la tala; incluso los niños no pueden jugar con resorteras.

Sus pobladores se comprometieron a manejar un polígono de medio centenar de hectáreas de monte alto, donde se localizan los nacimientos de agua. En esa zona monitorean los ojos de agua, arroyos y la zona forestal.

En estas comunidades, el Fondo de Conservación de El Triunfo (Foncet), organización civil de perfil conservacionista, realiza un proceso de acompañamiento y gestión con las comunidades desde hace 15 años, en temas de educación ambiental y manejo de recursos, así como con la construcción de letrinas secas que permitirán abatir efectos del fecalismo; en fechas recientes, la reconstrucción de viviendas siniestradas por el terremoto.

Luego del desastre, técnicos, voluntarios, simpatizantes y donantes respondieron al llamado deFoncet y acordaron con las comunidades la reconstrucción de viviendas.

En la frailesca

Los Laureles es otra comunidad beneficiada. En ella, el comisariado Ediberto Martínez Pinacho, recuerda a la asamblea ejidal “nosotros no figuramos en el mapa de la reconstrucción… Nadie nos vino a ver…”.

En este poblado del municipio de Villaflores habitan 42 ejidatarios y 53 familias. 280 personas en total, entre adultos y niños.

El Foncet promueve el trabajo corresponsable, de doble vía. Esa organización costeó el material de construcción, las láminas, los tinacos, la pintura y herrería; los beneficiarios aportaron la mano de obra.

Hasta ahora se han construido y entregado treinta y nueve casas. Todas ellas en comunidades de la zona de amortiguamiento de la Biosfera.

“A los recortes de personal y recursos de las dependencias federales, cuya tarea es la protección ambiental, la tarea es de las propias comunidades y la sociedad civil… lo que llevó millones de años de formación, podríamos perderlo en los próximos años”, dice Ana Valerie Mandri, directora del Foncet, quien hace un llamado para sumarnos a ese objetivo. Para conocerlos, puede consultarse www.fondoeltriunfo.org

La emergencia no ha pasado y la gente está siendo olvidada, lamenta Alma Lilia de León, quien ha sido una pieza clave de la cadena de voluntades que hicieron posible un nuevo hogar para damnificados de la Sierra y Frailesca.

Respondió al llamado del Foncet y recaudó con el Consejo de Exportadores de Carne de Ave y Huevo de los Estados Unidos (USAPEEC, por sus siglas en inglés), los casi cuatro millones y medio de pesos necesarios.