Si bien existen más muertes violentas de hombres que de mujeres en Chiapas, “son fenómenos distintos que deben entenderse y atenderse de manera diferenciada”, subrayó la directora de Ligalab, Carmen Villa, en la ponencia “Sociedad Civil en la Prevención de la Violencia Contra Mujeres y Niñas en México”, organizada por la Cooperación Alemana de Desarrollo Sustentable en México y la Secretaría de Relaciones Exteriores.
En la entidad, apuntó, las diferencias están en los modos y lugares de ocurrencia de estas muertes, ya que hay un número importante de agresiones que suceden en el espacio privado, lo que habla de “orientar y garantizar la seguridad de las mujeres en sus hogares y con sus familias”.
Esto de acuerdo con las investigaciones realizadas por defensoras y miembros de organizaciones civiles, basadas en análisis de datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), el Consejo Nacional de Población (Conapo) y entrevistas.
Las cuales señalaron que hay un déficit en el registro adecuado de los delitos que afectan a las mujeres, especialmente el feminicidio, pero también en otros delitos como lesiones dolosas y violencia familiar.
Sin embargo, “los datos indican que hay una tendencia a registrar cada vez más las muertes violentas de mujeres bajo el delito de feminicidio. Esto nos habla de un avance hacia la aplicación correcta de los protocolos para el registro de muertes violentas de mujeres”.
El trabajo de las organizaciones, subrayó, ha sido decisivo para visibilizar las formas de violencia y empujar transformaciones en políticas públicas que atiendan de forma efectiva estos tipos de violencia, lo cual pone en situación de riesgo la integridad física y seguridad de los activistas.
La maestra en Políticas Públicas en Educación por McGill University, sustentó que la violencia y la muerte violenta de las mujeres en el estado ha evolucionado y aumentado, lo que “nos habla de la urgencia de activar mecanismos de protección a las infancias y juventudes con perspectiva de género”.