Personal que labora en el Centro Estatal de Reinserción Social de Sentenciadas (Cerss) No. 4 de mujeres en Tapachula, pidió a las autoridades estatales investigar los presuntos abusos y violencia laboral que sufren día a día.
Dijeron que trabajan sin los equipos adecuados, en condiciones precarias y sin el respeto a sus derechos laborales y humanos.
Los denunciantes, quienes por temor a represalias pidieron la omisión de sus nombres, afirmaron que la persona encargada de este centro penitenciario ha creado un ambiente de trabajo hostil y discriminatorio, con un trato prepotente, sin respeto, en el que los gritos e insultos son la forma de dictar instrucciones y órdenes.
Expresaron que se les priva de su libertad al obligarlos a quedarse en el Cerss hasta altas horas de la noche, a pesar de que su jornada laboral ya concluyó; demás se les prohíbe el uso de teléfonos celulares durante las horas de trabajo, sobre todo cuando se quedan más tarde, lo que implica incomunicación ante cualquier emergencia familiar.
También se les obliga a trabajar hasta altas horas de la noche sin remuneración extra, además de desarrollar actividades propias para la reinserción social de los internos, pero sin recursos, por lo que ellos erogan los propios y se les humilla y amenaza con represalias si no cumplen las órdenes.
Los trabajadores pidieron la intervención del gobernador Eduardo Ramírez, y del secretario de Seguridad del Pueblo para que tomen cartas en el asunto y protejan sus derechos, ya que han realizado denuncias anteriormente pero no han sido atendidas, y ante esta situación, temen represalias si hablan sobre lo ocurrido.
Mencionaron que la encargada del centro no cumple con los decretos establecidos por el gobernador, como el de permitir la salida del personal administrativo a la 1 de la tarde los días viernes.