"Encontré una red de apoyo de mujeres en donde yo podía sentirme bien. Me entendían al 100 por ciento lo que vivía. Para mí, la violencia vicaria es una de las más atroces y crueles que existe", comentó Adriana Herrera Martínez, quien recientemente fue designada como representante en Chiapas del Frente Nacional contra Violencia Vicaria A.C.
Sufrimiento
Herrera Martínez es víctima de la mencionada violencia y tentativa de feminicidio. Hace nueve años sufrió su primer delito, pero desconocía su nombre y que era una falta, por lo que fue separada de sus hijos.
"Mi violentador es el papá de mis hijos, por actos injustos y demás. Comienzo a hacer mi vida acá en Tuxtla; yo vivía en Comitán y mucho tiempo creía que era normal porque cuando yo iba a las fiscalías para hacer denuncias me decían pues que no procedían", declaró.
La víctima, pese a sentirse frustrada por la nula actuación de las autoridades estatales, comenzó a estudiar el tema e identificar si existían más casos en la entidad: "Una persona me invitó a un foro, por ello conozco a más mamás violentadas y sentir lo que viven".
Hoy, dicho grupo de víctimas junta a más 90 personas, aunque existen muchas más.
Tipificación de la violencia
La hoy activista compartió la existencia de temor y miedo por parte de su violentador al realizar diferentes acciones para visibilizar su caso. De manera paralela, en Chiapas se discutía al respecto de la tipificación de la violencia vicaria a nivel estatal.
La violencia vicaria fue tipificada el 28 de febrero de 2024, cuando el Congreso del Estado aprobó por unanimidad reformas a los códigos Civil y Penal. Con esa medida, la entidad se convirtió en el estado número 25 del país en legislar contra este tipo de violencia.
"A partir de todos estos trabajos comienzo a hacer junto con mis compañeras, un grupo solido de acompañamiento", expresó.
