La iglesia de Guadalupe concentró un ambiente de fervor y religiosidad. Miles de peregrinos veneraron a “nuestra señora de Guadalupe”, la “reina de México”, a Guadalupe-Tonanzin. En la noche del 11 de diciembre se llevó a cabo la tradicional serenata con la entonación de las Mañanitas.
Las calles de la avenida Central, de la 8ª hasta la 4ª Poniente, resultó inundada por miles de peregrinos que abarrotaron con carros alegóricos y en caravana de motocicletas, colectivos, o caminando en grupos, sobresaliendo las mantas de agradecimientos, estandartes e imágenes.
El peregrino transmuta, cambia de piel y de rostro, se enmascara, baila, llora, ríe y se hinca, no está solo, es colectivo; conserva sus trajes y tradiciones, doblegándose a una misma imagen.
El peregrino es incansable, renuncia por un día o varios a los placeres, a la comodidad; recorre distancias acorde a sus pecados o peticiones, canta, se alegra y reconoce que estas catarsis valen el instante ante una entrada triunfal a la iglesia de Guadalupe, donde emite entre suspiros, gritos y reverencias que el “ser guadalupano es algo esencial”.
Coronación
La misa comenzó a las 10:30 de la noche, presidida por el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Fabio Martínez Castilla, quien resaltó que faltan nueve años para que se cumplan 500 años de la aparición de la virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac a san Juan Diego.
En el transcurso de la celebración litúrgica continuaron llegando peregrinos que, entre aplausos y cánticos, engalanaron la misa. Martinez Castilla expresó que vale la pena cualquier esfuerzo para demostrar ese amor tan grande de una madre “que nos ampara, da consuelo, auxilio, defensa y está firme en medio de las dificultades de su pueblo”.
Las mañanitas se cantaron a la medianoche, donde cientos de peregrinos observaron a la virgen engalanada con una corona de flores, bajo un grito unísono: ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Viva!
Mañanitas a la virgen
Aún no salían los primeros rayos del sol y las puertas de madera de la parroquia de Guadalupe se abrieron de par en par para que las y los feligreses se dieran cita para entonar las tradicionales mañanitas a la virgen.
Fue en punto de las 6:00 de la mañana cuando dio inicio la celebración eucarística, la cual estuvo a cargo de monseñor José Luis Mendoza Corzo.
Mujeres con bebés en brazos, grupos de peregrinos, grupos familiares, así como niños, niñas, hombres en general, adultos mayores, pudieron ingresar a la celebración que hace dos años fue restringida en acceso por la pandemia del coronavirus.
La celebración siguió el protocolo establecido, sin embargo, en diferentes momentos los grupos de peregrinos pudieron ingresar y lanzar porras y vítores a la “emperatriz de América”, a los que se sumaron los cánticos tradicionales dedicados a la virgen.
Con un recinto abarrotado y en el que algunos de los feligreses tuvieron que permanecer de pie durante el sermón, monseñor José Luis Mendoza pidió seguir el consejo de los papas Benedicto y Francisco sobre imitar a la virgen en sus aspectos principales.
Al escuchar el evangelio de la visitación, los invitó a que “consideremos a María como la nueva arca de la Nueva Alianza, pues en el antiguo testamento este signo guardaba las tablas de la ley que Moisés había recibido y en el cual se hayan escritos los 10 mandamientos, cuyo signo siempre presidía al pueblo hebreo y al pueblo judío, pero sobre todo, se habla de que en el tiempo del rey David fue trasladada a la casa de Obed Edón y ahí iba todo el pueblo, y hasta iba danzando en torno al Arca de la Alianza. Para el judío era un signo sagrado el decálogo, los mandamientos del Señor, entonces le guardaban mucho respeto y veneración, sobre todo ellos trataban de vivir lo que ahí se les anunciaba”.
Se afirma que “María es la nueva arca de la Nueva Alianza porque no lleva las tablas de la ley, sino que ella lleva el evangelio, es decir, a Jesucristo, nuestro señor, la palabra hecha carne”.
Cuando va a visitar a su prima Isabel, también se ve el signo de gozo y de alegría, que hasta el Bautista -se dice- saltó de gozo en su seno, y las palabras de Isabel: “¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. San Lucas 1, 39-48.
María, pues, se constituye como la nueva arca de la Nueva Alianza, donde se alberga la palabra de Dios, por eso se afirma en el evangelio de San Juan, 1:14, “y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”, así como el cántico de la guadalupana, dice, “su llegada llenó de alegría”.
En medio de la celebración se hizo presente un mariachi, el cual cerca de las 6:30 horas entonó las mañanitas a la virgen, la misma hora en la que se tenía programado el amanecer.
Así, los presentes a la celebración entonaron el tradicional canto y, al concluir, lanzaron una ovación a la madre de Dios.
La eucaristía siguió con su protocolo y concluyó pasadas las 7:00 de la mañana, para que en las afueras de la iglesia continuara el ingreso de los grupos de peregrinos.
Desborda el fervor guadalupano
Dos años de restricciones por la pandemia de coronavirus parecieron suficientes para que las y los feligreses guadalupanos decidieran salir con mucho ímpetu a demostrar su fe.
Si bien la celebración nocturna a la virgen Guadalupe concluyó a la medianoche, las manifestaciones de alegría por el festejo continuaron durante la madrugada, puesto que cerca de las 5:00 a.m. ya se podían escuchar los estruendos por los cuetones en los alrededores del centro de la capital chiapaneca.
Al amanecer, mientras en el interior de la parroquia comenzaba la celebración eucarística en la que se dedicaron las Mañanitas a la “morenita del Tepeyac”, en los diferentes puntos de la capital se concentraron grupos de taxis, motociclistas, corredores, ciclistas y feligreses en general para acudir y dejar en claro que su fervor por la virgen solo estuvo a la espera de volver a hacer acto de presencia.
A lo largo de la mañana y hasta pasado el mediodía, los guadalupanos no dejaron ni un minuto para llegar a la parroquia, la cual está ubicada en el barrio de Guadalupe, justo en la avenida Central.
Así, algunos a bordo de carros, camionetas, camiones, y algunos hasta en tráileres, se hicieron presentes cargando imágenes, portando pañuelos, antorchas y demás signos alusivos a la celebración.
Los fervientes adoradores de la virgen también optaron por caminar descalzos como muestra de sacrificio y agradecimiento a las peticiones cumplidas o por cumplir que se hicieron el día de ayer.
Peregrinación en Villaflores
“Desde el cielo una hermosa mañana”, es la estrofa del cántico más popular que puede escucharse en medio de un considerable grupo de feligreses, quienes representan a la gran mayoría de iglesias católicas de la Arquidiócesis de Tuxtla.
En este 2022 la peregrinación más emblemática de Tuxtla Gutiérrez cumplió 57 años y, pese a los dos años que no se realizó debido a la pandemia por covid, en esta ocasión sí se realizaron actividades de manera virtual. Con un conteo superior a los ocho mil feligreses, uno de los subcoordinadores de la misma es el señor Gilberto Ovilla Montesinos, quien comparte que después de la pandemia y con el factor favorable de que recién fue fin de semana, se contó con una buena concurrencia.
A 23 años de ser participante de esta peregrinación, manifesta que la misma inició en 1965 y que desde ese año se ha ido celebrando.
Comenta que el señor Porfirio era el velador de una empresa dedicada a la venta de tractores en Villaflores y él comenzó con la propuesta de esta peregrinación, a la que en aquel año se unieron solo 10 integrantes.
Afirma que si bien la peregrinación es tan solo en estos días, la organización de la misma requiere de todo el año de actividades y acciones en favor de los mismos feligreses y de enfermos.
Reporte oficial
El Sistema Municipal de Protección Civil de Tuxtla Gutiérrez reportó que según datos del Operativo con motivo al Docenario Guadalupano, al corte de las 18:00 horas de este lunes, arribaron a la Iglesia de Guadalupe 747 peregrinaciones, 48 mil 158 visitantes, mil 952 vehículos y dos mil 920 motocicletas.
Se presentaron 10 atenciones prehospitalarias, la más relevante la explosión de un cohete que afecto a una menor de edad y a un masculino que venían en la peregrinación de Villaflores, no hubo lesiones graves. También se presentaron caídas de su propia altura, crisis convulsiva y descompensación. Se presentó el incendio de cubeta con diésel y fue necesario el acordonamiento de área por cables que generaban riesgo.
Cabe destacar que el uso de la pirotecnia fue de un 55 % menor que en celebraciones de años sin pandemia. Reportando saldo blanco al cierre de edición.
Consumo religioso
Para aprovechar la derrama económica que deja la celebración de la “morenita del Tepeyac”, decenas de puestos comerciales y de alimentos se instalaron en la avenida central; abundaron los puestos de churros, papas y plátanos; destellan los juegos para niños, juegos de canica y tiro al blanco, y brillan con colores rojos y verdes los puestos de imágenes religiosas.
El atrio de la iglesia fue dividido en dos por una valla metálica que muestra el camino de los peregrinos; de un lado están quienes acuden a la misa, y del otro, el movimiento del patronato eclesiástico, vendiendo aguas y antojitos.