La Reserva de la Biosfera El Triunfo representa, además de un espacio natural relevante para la conservación ecosistémica, un referente de desarrollo social en equilibrio con la naturaleza, pues es habitado hasta por 10 mil personas y 40 ejidos que resguardan el tesoro pero, además, tienen actividades productivas compatibles con los ecosistemas.
Modelo
Se trata de un modelo de conservación icónico a nivel mundial, que ha permitido que la reserva mantenga condiciones ambientales o de impacto social a través de los años, explicó la bióloga Miriam Janette Gonzalez García, directora de la Reserva de la Biosfera.
Y es que la reserva de más de 119 mil 720 hectáreas tiene un núcleo prácticamente virgen y zonas de amortiguamiento donde habitan unas 10 mil personas de municipios como Villacorzo, La Concordia, Ángel Albino Corzo, Siltepec, Acacoyagua, Mapastepec, Pijijiapan, Monte Cristo de Guerrero y Escuintla, entre otros.
Estos habitantes divididos en 40 ejidos, principalmente, trabajan en actividades diversas que van desde el turismo sustentable hasta la producción agroecológica de miel y café, además de crianza de ganado en encierros específicos.
Núcleos
Estos núcleos agrarios están organizados y normados por el principio de la conservación que conocen desde hace años y han pasado de generación en generación.
Por ejemplo, los que trabajan el turismo lo hacen llevando a los interesados a conocer las zonas permitidas, cuidando las personas pero también el entorno; los que tienen ganado los crían en zonas de amortiguamiento; los que siembran lo hacen con manejos agroecológicos, dijo.
Este cuidado desde la conciencia ha permitido que la reserva, principalmente la sección de la Sierra Madre de Chiapas, no tenga cambios considerables y cero afectaciones por incendios.
Paraíso
De esta manera continúa siendo un paraíso de reserva para flora y fauna, como el pavón, quetzal, tángara de alas azules, pajuil, jaguar, tapir, ocelote, tigrillo y dragoncillo verde.
Además de una flora conservada de helechos arborescentes, bromelias, orquídeas, espadañas, palmas y aguacatillos silvestres, entre otros.
Esto, sin mencionar el profundo servicio ecosistémico de la captación de agua, pues la reserva aporta nueve mil 500 metros cúbicos del vital líquido por hectárea, por lo que representa un patrimonio natural de conservación inigualable.