Trabajadores agremiados al Sindicato de Empleados Administrativos de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Seaunicach) están en la incertidumbre de saber si con el cambio de nombre de la universidad habrá modificaciones en las condiciones laborales de los trabajadores o en su defecto, supresión de plazas, en virtud que a la fecha no se oficializa, aunque se dio a conocer desde el 14 de enero.
Por medio de una misiva enviada a diferentes instituciones, como el Congreso del Estado, Secretaría General de Gobierno, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior, Secretaría de Hacienda, entre otras, el sindicato manifestó que se dio a conocer el cambio de denominación de la universidad el mes pasado.
Según el documento enviado por el sindicato, encabezado por César Iván Moreno Sánchez como secretario general, dice que la institución se denominará Universidad de Ciencias, Artes y Humanidades de Chiapas, de lo cual no se ha informado nada a los trabajadores, ni si quiera al Consejo Universitario.
“(…) causando incertidumbre con ello dentro de la comunidad universitaria, en el caso específico en todos y cada uno de los agremiados del sindicato que represento, tomando en consideración la conducta hermética de las autoridades universitarias, para informar si en el caso que nos ocupa habrán modificaciones en las condiciones laborales de los trabajadores administrativos, o en su defecto, supresión de plazas, en virtud de que aún no se oficializa el cambio de nombre”, puede leerse en la misiva.
También señala que las autoridades universitarias han iniciado con los cambios de denominación de áreas de adscripción, las cuales no fueron hechas del conocimiento ni de trabajadores ni del sindicato.
Asimismo, hay contratación de personal nuevo en algunas áreas, la creación de direcciones, como la Dirección de Relaciones Laborales, Dirección Estéril y de Impacto al Presupuesto, lo que contradice al tema de austeridad que maneja la rectoría.
A esto se suma en el oficio, dice el secretario general, una deuda económica con el Seaunicach del ejercicio 2020 y 2021, por lo que solicita a las autoridades educativas y de la universidad les informen respecto a las consecuencias jurídicas-laborales que pudiera generar el cambio de denominación de la universidad.
Piden también cancelar aquellas direcciones y jefaturas de oficina que no sean viables, además del pago de la deuda, considerando la política social y humana que impulsan las autoridades, en permanente diálogo.