La Organización Internacional del Trabajo reporta que cerca del 85 % de dolencias músculo-esqueléticas están relacionadas a la actividad laboral, lo que lleva primero a una baja en la productividad y por consiguiente a serios problemas de salud, que de no atender oportuna y correctamente pueden requerir prótesis o cirugías.
Al respecto, Gerardo Velázquez Hernández, médico cirujano con máster en biomecánica corporal y un doctorado en medicina osteopática, manifestó que es una cifra alarmante que llevó a que en 2018 se estableciera la Norma Oficial Mexicana 036, que obliga a los patrones a cuidar la exigencia músculo-esquelética de sus trabajadores, pero muy pocos lo hacen o lo atienden de forma incorrecta.
Explicó que la biomecánica es una rama de la medicina que estudia el movimiento humano, bajo la premisa de que cualquier actividad que realiza una persona se puede medir y cuantificar, por lo tanto, se puede diagnosticar su impacto; abarca tres áreas: la prevención, la corrección y la paliación.
Prevención
Desde la prevención, dijo que se debe tomar en cuenta que toda actividad que realizamos, sea deportiva, laboral u otra, somete al cuerpo a diferentes tipos de cargas, movimientos y posiciones, y al ser el cuerpo humano bastante adaptable, al momento no genera ninguna molestia pero sí a largo plazo.
El cuerpo humano, ante las adaptaciones por malas posturas y esfuerzos se corrige sólo la mayoría de las veces, pero cuando la fuerza es demasiada y frecuente, se van haciendo más marcadas las desalineaciones biomecánicas, que a la larga se traducen en una enfermedad, como artrosis, inflaciones crónicas, desgaste de articulaciones y otras.
Indicó que en la prevención realizan un análisis biomecánico de la persona durante su trabajo diario, por ejemplo, un oficinista que pasa de cinco a ocho horas sentado, lo que representa un mayor riesgo a la anatomía por estar en la misma posición, y en muchos casos, de forma incorrecta.
El análisis servirá para verificar el impacto de sus actividades, y en caso de detectar repercusiones asintomáticas, se inicia un tratamiento.
Biomecánica correctiva
Cuando una persona acude a consulta por un dolor o desgaste articular se aplica la biomecánica correctiva, que es en la mayoría de los casos. Un común denominador de los pacientes es que no relacionan sus dolencias con sus hábitos o problemas en otras partes del cuerpo y no se atienden.
Bajo el análisis biomecánico se detectan las alteraciones del cuerpo y el grado de adaptación, para dar un tratamiento adecuado, el cual debe ser personalizado, ya que cada cuerpo se adapta de forma diferente a los movimientos y posturas.
Explicó que es necesario corregir todo el problema, ya que generalmente un dolor de rodilla está relacionado con una alteración en otra parte del cuerpo, como la cintura, y si no se atiende de forma correcta seguirá presentándose el dolor.
De no atender de manera correcta y oportuna estos síntomas, puede desarrollarse un desgaste articular, en las rodillas, columna, muñecas y otras partes del cuerpo.
Otra consecuencia es el desgaste energético, lo que se explica cuando una persona mantiene una o más desalineaciones biomecánicas por mucho tiempo, el cuerpo hará un sobre esfuerzo que por ende le demandará mayor energía.
La tercera consecuencia grave es la afectación a un órgano o víscera. Por ejemplo, la columna vertebral es el principal eje de equilibrio del cuerpo, cuando hay una desalineación se adapta y en el proceso hace compresiones en los nervios, afectando uno o más órganos.
Tratamientos invasivos
El especialista enfatizó que la tercera fase de la biomecánica es que se busca evitar, por eso recomienda realizarse una evaluación de manera periódica, sobre todo si la actividad diaria representa un riesgo para que no haya repercusiones en el organismo.
Cuando ya hay dolor o molestias, dependiendo cuál sea el diagnóstico se aplicará un tratamiento; por ejemplo, si es un desgaste de rodilla se da medicina osteopática, pero si se identifica un desgaste articular crónico, se propone medicina regenerativa sobre el tejido afectado.
En casos extremos, mencionó que si manejan un tratamiento conservador y no hay una respuesta esperada, se recomienda una atención especializada, con un neurocirujano para analizar si la compresión de la columna vertebral sea candidato a cirugía, o con un traumatólogo para valorar el desgaste de rodilla.