Desde hace varios años especialistas y técnicos certificados promueven el sistema de producción denominado agricultura de conservación, sobre todo en regiones como la Frailesca, donde los suelos han sido afectados por diversos factores y con ello disminuido su rendimiento para el cultivo de granos. Rubén de la Piedra Constantino, colaborador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt) en Chiapas, mencionó que los trabajos de investigación en la región Frailesca iniciaron en 2016, en la plataforma de investigación de Villa Corzo, bajo el ensayo “Sistemas de Manejo con Base en Agricultura de Conservación”.
El objetivo fue el de generar tecnologías sustentables basadas en los principios de la agricultura de conservación, enfocados a obtener través de estos sistemas una mayor producción en una misma unidad de superficie, diversificando los sistemas productivos y lograr mejorar la rentabilidad económica, sin alterar de forma negativa el medio ambiente.
De los componentes tecnológicos estudiados, fue primero el mínimo movimiento del suelo, con el que compararon la labranza convencional con la labranza mínima; la primera se basa en el paso de dos rastras con 0 % de cobertura, y en la segunda es arado profundo con el 50 % de cobertura. Los problemas identificados fueron la erosión y compactación del suelo.
Otro componente estudiado fue la cobertura de rastrojo, por lo que evaluaron suelos sin rastrojo, que es lo que la mayoría de los productores realizan porque lo queman, empacan para alimento de ganado o meten al ganado a pastorear, también con el 50 y 100 %.
Con esto se buscaba disminuir la erosión de los suelos, mitigar el efecto de la sequía, mejorar la fertilidad y disponibilidad del forraje. En el primer año del estudio vieron que la cobertura de rastrojo favoreció la infiltración y retención del agua, en un periodo de 25 días sin llover.
Otro elemento que han investigado y aplicado es la diversificación de cultivos, con la finalidad de mejorar el control de plagas, incrementar ingresos económicos para los productores, producir forraje, mejorar la fertilidad y el control de malezas. Se basa en la rotación de granos, como frijol, maíz, sorgo, canavalia, entre otros.
Como resultado, encontraron que se dio mayor conservación del suelo, mayor desarrollo y vigor de la planta, un color más verde de las hojas y menor malezas.
Los tratamientos de agricultura de conservación superan en promedio 3.8 toneladas por hectárea al sistema convencional que tiene un rendimiento promedio de 4.7 toneladas por hectárea.