De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México, el 2021 ha sido el año con más muertes por suicidio, con un total de 8 mil 447. La ansiedad y depresión, que son los principales factores del suicidio, han ido en aumento.
Anteriormente la prevalencia se mantenía en el groso de la población joven, pero hoy en día se registran suicidios a más temprana edad, en niños de 10 u 11 años, como por igual adolescentes, además de personas adultas mayores. Es un problema de salud pública que se debe trabajar urgentemente.
Erika Edith Pérez Cancino, especialista en Psicología Pediátrica de la Secretaría de Salud, comentó que en los últimos años se ha generado un debate sobre la forma de percibir y vivir la vida entre niños, jóvenes y adultos, debido a que muchas personas mayores critican a las nuevas generaciones diciendo que no toleran la frustración, que son enfermizas, acuñando el popular término “generación de cristal”.
Sin embargo, hay que saber que en las últimas generaciones se han registrado los más altos índices de nacimientos por cesáreas innecesarias, lo que tiene implicaciones tanto en la madre como en el menor, con riesgos a padecer enfermedades como dermatitis atópica o intolerancia a ciertos alimentos.
Otro factor a reflexionar es que la mayoría de los niños ingresan a guarderías a temprana edad, incluso desde los 40 días de nacidos, por la propia necesidad económica de trabajar de ambos padres; la especialista indicó que esto puede detonar el trastorno de vinculación.
Se trata de que, como personas, necesitamos la vinculación para poder sentirnos amados, funcionales e integrados a un grupo. Esto se refuerza con el uso de artefactos para la crianza, como cunas, carriolas, biberones o dispositivos electrónicos, lo que limita el contacto con la madre.
Todo esto tiene relación en el desarrollo del cerebro en tres aspectos: 1) el instintivo, emotivo y lógico, 2) el satisfacer necesidades, 3) el control de las emociones y la madurez. Por ejemplo, darle un dispositivo electrónico a un niño afecta de forma importante su desarrollo cerebral y su capacidad de regular sus emociones.