Diversos organismos gubernamentales y científicos trabajan en un esquema para incrementar la resiliencia de los sistemas agroalimentarios a los efectos del cambio climático y combatir la pérdida de agrobiodiversidad mediante la recarbonización de los suelos.
Esto forma parte de la Alianza Mundial por el Suelo, en conjunto con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), coordinado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Han identificado en 12 estados diversas zonas catalogadas de menor estabilidad climática y bajo potencial de captura de carbono, las cuales se ubican en Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Guanajuato.
Además, zonas de menor estabilidad climática pero mayor potencial de captura de carbono en Veracruz, Chiapas, Campeche y Guerreros; y áreas de mayor estabilidad climática y alto potencial de captación de carbono en Nayarit, Morelos, Veracruz y Chiapas.
El proyecto considera la implementación de prácticas de manejo sostenible, gobernanza, proyectos institucionales y mecanismos financieros en el sector primario, lo que permitirá incrementar la resiliencia del recurso suelo.
La titular de la Dirección General de Políticas, Prospección y Cambio Climático de la secretaría, Sol Ortiz García, señaló que la agricultura es uno de los sectores más vulnerables a los efectos del cambio climático, particularmente ante plagas, enfermedades, fuegos devastadores y menor rendimiento de los cultivos.
Nuevo sistema
Aseguró que se debe construir un nuevo sistema agroalimentario justo, saludable y sustentable a través del uso responsable del suelo, el agua y la biodiversidad, con la integración de sectores históricamente excluidos.
La Secretaría de Agricultura cuenta con toda una estructura, políticas públicas, programas y estrategias capaces de mitigar y generar resiliencia en el sector primario del país. Está el Plan Estratégico de Cambio Climático del sector Agroalimentario (Plecca), la Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sustentable de los Polinizadores (Encusp).
De acuerdo con un estudio realizado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical, en México la agricultura produce el 12.3 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y se coloca como la segunda actividad que más emisiones produce. De ese porcentaje, el 50.2 % se produce por cultivos y 49.8 % por la ganadería.
Es importante que los gobiernos implementen acciones de mitigación, como la siembra de variedades más tolerantes a sequías, calor e inundaciones, adoptar la agricultura de conservación, contar con mecanismos eficientes de retención de agua en el suelo, reducir la evapotranspiración, entre otros.