De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cuando una persona tiene gripa y tose puede emitir hasta tres mil gotas de secreciones con diversos tipos de gérmenes, que pueden sobrevivir hasta 30 horas en superficies u objetos, dependiendo del material del que estén hechos y el tipo de microorganismo.
De esta forma las manos han sido consideradas un mecanismo de transmisión de virus e infecciones, sobre todo en el marco de la pandemia por covid-19, ya que cuando están sucias son transportadas a la nariz, ojos o boca, y a partir de allí ingresa el microorganismo al cuerpo, se multiplica y se desarrolla la enfermedad.
Es así que uno de los hábitos que más se ha promovido en el mundo es el lavado o la higiene de manos como parte esencial de una cultura de autocuidado y prevención, la cual se convirtió en protagonista en medios de comunicación como medida de prevención .
En México, para continuar fortaleciendo la cultura de la higiene y salud pública, el senador Cristóbal Arias Solís propuso recientemente una iniciativa para declarar el 24 de marzo de cada año como el “Día Nacional de Higiene y Lavado de Manos”.
El legislador precisó que el lavado de manos con jabón es una manera de reducir sustancialmente la probabilidad de contraer o transmitir enfermedades, incluso en ambientes de gran hacinamiento y altamente contaminados.
“Las manos son el lugar en que los patógenos pueden vivir y ocasionar influenza, enfermedades diarreicas y neumonía”.
Más allá de tratarse de una actividad común, el lavado de manos es vital para combatir microorganismos con los que estamos en contacto a diario y que son las principales causas de enfermedades gastrointestinales y respiratorias en las personas.
La falta de higiene en la preparación y el consumo de alimentos y bebidas, además de las insuficientes medidas sanitarias en la manipulación de objetos cotidianos, producen enfermedades que representan un gasto económico.
El lavado de manos se debe realizar de forma periódica durante el día, antes de comer, después de ir al baño, previo a manipular alimentos y cocinar, y en general, después de cualquier actividad y en el lugar donde nos encontremos.