Elda: para ser psicólogo se nace

En el marco del Día Nacional de las y los Psicólogos, Elda Leticia Pérez de la Cruz, psicóloga y psicoterapeuta familiar con especialidad en niños y adolescentes, platica sobre toda la preparación que se requiere para poder ayudar a las personas a sanar en temas de salud mental.

Cuenta que desde pequeña le llamaba mucho la atención algunas conductas que veía en personas cercanas y con las que convivía, es decir, le causaba curiosidad los comportamientos de algunos individuos.

En una ocasión le tocó ver a una persona que aparentemente sufría esquizofrenia y su mamá se asustó, pero a ella la causó mucha curiosidad porque luego llegaron policías y detuvieron a la persona; aunque en su percepción no estaba haciendo nada malo, porque evidentemente estaba enferma, comparte.

Cuando fue creciendo se dio cuenta de que tenía ciertas habilidades como saber escuchar, conversar, ser empática, y con el tiempo entendió que todo eso es fundamental para poder ser psicólogo y terapeuta, a fin de poder ejercer de manera correcta.

En su familia, su hermana, aunque no es psicóloga, trabaja en varias áreas del bienestar, por lo que ambas se complementan para realizar algunas actividades públicas; además, tiene varios primos y sobrinos que sí son psicólogos.

Descarga de energía

Los psicólogos y terapeutas escuchan cada día los problemas, situaciones y experiencias de sus pacientes, por lo que indudablemente absorben parte de esa energía, algo que si no saben sobrellevarlo, pueden involucrarse de más.

Como especialistas de la salud mental deben acudir constantemente a supervisiones, principalmente a recibir terapia para poder hablar de los casos más impactantes o delicados que tienen, aunado a aspectos de su vida personal.

En su caso, terminando su día le gusta bañarse, recibir masajes, meditar y pasar tiempo con sus hijos. Cada profesional debe buscar sus propias técnicas con el fin de descargar esa energía, aparte de la supervisión y terapia necesaria.

Trabajar con niños es su pasión

Leticia se ha enfocado mucho en trabajar con niños y adolescentes, pues está certificada en disciplina positiva y ha estudiado la teoría del apego y otros temas. Considera que la crianza familiar tiene una gran responsabilidad en el desarrollo de cada persona.

Cuando se promueven valores y buenos tratos con los niños se crían generaciones que van a aportar mucho a la humanidad; “dicen que las generaciones actuales son las más consentidas, pero también son las que menos tiempo pasan con sus padres y madres”, reflexiona.