Ciclo de lluvias tardaría entre 72 y 244 días

El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) ha elaborado pronósticos de lluvia desde 2002 para ayudar a los productores y autoridades a planear sus actividades agropecuarias y forestales. El pronóstico 2023 registra que el periodo de lluvias para el ciclo primavera-verano podría durar entre 72 y 244 días, según cada región.

En general, este pronóstico busca que los productores puedan seleccionar materiales genéticos y prácticas de conservación de suelo y agua, a fin de tomar decisiones sobre las fechas de siembra más propicias para cultivos anuales de temporal, así como predecir cosechas.

Para los pronósticos, el instituto emplea técnicas que se basan en condiciones actuales y el pronóstico del fenómeno El Niño en oscilación del sur, modelos dinámicos, estadísticos y análisis de años análogos. Todo el documento está disponible en la página web del Inifap.

Para este año, refiere que en Chiapas las lluvias del ciclo PV-2023 podrían iniciar entre el 20 de abril y 19 de julio. En la mayor parte del estado, el ciclo de lluvias iniciaría entre el 5 y 12 de junio; en el este y oeste iniciarían entre el 13 y 21 de junio.

Por otra parte, en las regiones Istmo-Costa, Altos y De los Bosques iniciarían entre el 25 de mayo y 4 de junio. En el sur y algunas partes del norte, las lluvias podrían comenzar entre el 20 de abril y 24 de mayo.

Ahora bien, en la mayor parte del territorio las precipitaciones terminarían entre el 7 y 19 de noviembre. Se espera que esto suceda en una porción pequeña del sur y en el norte; en una franja que va desde el este al centro y luego del oeste y al sur, terminarían entre el 24 de octubre y 6 de noviembre.

También resalta que la agricultura es una actividad altamente dependiente del clima, pues este elemento condiciona el buen crecimiento y desarrollo de los cultivos, por lo que la provisión de información ayuda a los agricultores a tomar decisiones.

Actualmente, esto cobra más importancia dado a que la agricultura es vulnerable a los efectos del cambio climático y la variabilidad climática. Las lluvias inician de manera retrasada y se retiran anticipadamente. En términos generales, esto propicia un escenario más complejo cuando se suma la pérdida de la productividad de los suelos, ocasionada por malos manejos de plagas, fertilizantes y técnicas extensivas.