Desde hace tres años, en las instalaciones de la Fuerza Aérea Mexicana (ubicada en la capital de Chiapas), Blanca Yanett Hernández Mendoza, policía militar, ha formado un binomio junto a Samm, un perro entrenado para buscar enervantes en diferentes sitios y en los momentos en que lo demande la corporación.
Desde pequeño, dijo la militar, el canino fue preparado para rastrear pseudoaromas relacionados con marihuana, heroína y cocaína. Estos ejemplares tienen una relación permanente con la persona que los entrena, con ella socializa y así se facilita el trabajo en campo.
Samm ha grabado dentro de su memoria la palabra “busca”, esa es la señal que indica la policía militar para que el animal vaya hacia el terreno donde, posiblemente, puede encontrar enervantes. Estos ejemplares pueden estar en servicio hasta 10 años, dependiendo de su condición.
Después de este periodo, los caninos siguen bajo resguardo del Ejército hasta el tiempo en el que están con vida. Además de Samm, en la Fuerza Área Mexicana tienen otros ejemplares que se dedican a actividades similares.
Dicha corporación ha impulsado en los últimos años la participación de las mujeres en puestos que son claves no sólo para defender el espacio aéreo, sino también para mantener la seguridad nacional y con los binomios se cubre un rumbo importante.
La activación que se tiene con el perro, explicó la militar, es que hay un entrenamiento intenso de 20 minutos por 40 de descanso, para que la recuperación del animal sea afectiva. Con una demostración en la Fuerza Área Mexicana, el canino buscó un objeto que fue ocultado en un avión con aroma de una droga.
Samm tiene una capacitación pasiva, es decir, encuentra el enervante y en vez de ladrar o ponerse inquieto, sólo se sienta; con eso Hernández Mendoza puede entender que hay algo irregular en el sitio. Durante la presentación de la actividad, el objetivo fue identificado en una de las alas de la aeronave.
Lo importante, dice la policía militar, es darle “puntos” al perro para que la búsqueda sea más eficiente. El binomio tienen una participación constante en el Aeropuerto Internacional “Ángel Albino Corzo” en búsqueda en aviones, maletas y vehículos; en campo, Samm sí ha encontrado enervantes.
Después de que realiza la actividad, el perro recibe su pago. Sentir los aromas de drogas como la cocaína o marihuana no provocan daño en su cuerpo ni tampoco le generan adicción, ya que esos líquidos están adecuados para ese tipo de trabajo; el control del animal es muy estricto en todos los sentidos.
El crecimiento profesional, los derechos y obligaciones dentro de la corporación se aplican sin distinción de género, cada elemento (con la preparación profesional y académica) puede aspirar a nuevos ascensos; los valores de la disciplina, la lealtad y la responsabilidad van impregnados en todas las tareas que se realizan; Yanett y Samm lo proyectan en la búsqueda de enervantes.