Con el arranque de la zafra 2023-2024 en el ingenio de Huixtla, e iniciada también para los habitantes de este municipio a mediados de esta semana, serán seis meses de una constante pesadilla con la contaminación que esta actividad produce ante la quema de la vara dulce y sus consecuencias en la degradación y envenenamiento del medio ambiente, así como de lagunas y ríos que afectan la salud pública.
A pesar de que es una actividad que genera riqueza y empleos para los empresarios, y en menos porcentaje para los productores, no ha habido autoridad ni de la misma empresa que haya intentado subsanar las afectaciones a la salud de los huixtlecos, quienes se ven expuestos al humo y a los residuos tóxicos durante un semestre por la quema de la caña de azúcar.
Y es que el pasado miércoles, de acuerdo con el calendario acordado por el Comité de Producción Cañera, empresa y grupos de producción como la Unión Local de Cañeros CNC, A. C. y CNPR, que agrupan a más de mil 200 productores y se cosechan más de 16 mil hectáreas de la vara del dulce en los municipios de Tapachula, Mazatán, Huehuetán, Tuzantán, Villa Comaltitlán, Acapetahua y Huixtla, inició la zafra.
En esta región hay cultivos en siete municipios, donde grandes extensiones de tierra están dedicadas a la producción de caña de azúcar, las cuales se dedican al cultivo y usufructo de la misma, y que además generan espacios laborales tanto en el corte como en la industrialización.
Panorama de 2022
La zafra del año anterior es considerada como una de las mejores para los productores de gran escala, debido a que se pudo cosechar en su totalidad, esperando que este año sea similar o mejor. Mientras que para unos la actividad representa ingresos económicos, para muchos pobladores es un sufrimiento porque el ambiente se contamina con las grandes quemas y sus patios se ven ensuciados por los residuos que son llevados por el viento.
El gremio que resultará ventajoso apuntó que se prepara para el trabajo y que hay suficiente maquinaria necesaria para cosechar todos los sembradíos, el cual se prolongará por los próximos seis meses, hasta mayo del año próximo.