ZooMAT, más que un santuario natural
El término “santuario” según la ley de vida silvestre en México, está destinado para una categoría de área natural protegida. Guillermo Ramos / CP

Entorno al debate nacional que plantea la migración de zoológicos a santuarios naturales, expertos expusieron que el tema requiere un análisis de mayor profundidad, pues en algunos casos como en el ZooMAT, más que un encierro se trata de un espacio de preservación endémica multifactorial que permite la conservación de flora y fauna de gran parte de Mesoamérica.

Dicen por ahí que la grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por la forma en que sus animales son tratados, en ese tenor, México no precisa de tener la mayor de sus virtudes, sin embargo actualmente diversas organizaciones sociales y gubernamentales procuran la mayor de las conciencias en cuanto al cuidado y la preservación de la fauna.

Desafortunadamente no todos los esfuerzos han sido positivos, y en el camino que exige mejores condiciones y tratos a los animales que forman parte de espectáculos circenses o que habitan en zoológicos, algunos ejemplares han muerto, el ejemplo más reciente: el deceso del gorila Bantú en el Zoológico de Chapultepec, de la Ciudad de México.

Este hecho, atrajo diversas opiniones que pusieron en tela de juicio las condiciones en que operan los zoológicos del país, donde los mismos deberían dejar de existir para convertirse en santuarios, en donde jamás vuelvan adquirirse animales y se conviertan en lugares de rehabilitación para aquellos individuos cuyas circunstancias de vida no les permita estar en su propio hábitat.

Al respecto, Carlos Alberto Guichard Romero, director operativo del Zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT), explicó que el término “santuario” según la ley de vida silvestre en México, está destinado para una categoría de área natural protegida, la cual realiza con especies específicas para protegerlas de otra especie animal, como lo es el santuario del manatí en las Playas de Catazajá, Chiapas.

Guichard Romero, quien también ha ocupado cargos como subdirector de la reserva federal El Triunfo y coordinador de Monitoreo Biológico y Especies Prioritarias, ambas pertenecientes a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), recalcó que los zoológicos juegan un papel muy importante, contrario a lo que la gente puede imaginarse, un animal encerrado en un espacio pequeño; estos recintos han evolucionado, utilizando las infraestructuras para la preservación y reproducción de distintas especies, sobre todo las que se encuentran en vías de extinción.

“Ahora los zoológicos están en espacios más amplios, los exhibidores están adaptados de acuerdo al hábitat, de acuerdo a cada uno de los animales y ya no son encierros, ahora ya son hábitats de los animales, en los que permanecen bajo condiciones controladas en los cuales se les garantiza buenas condiciones de alimento y manejo”, comentó el experto.

Dijo que la evolución de los zoológicos, ha abonado también a la educación ambiental de sus asistentes, involucrándola en la urgente tarea de la conservación de los hábitat y de las especies.

“Si no existieran zoológicos en México, el lobo mexicano se hubiera extinguido hace 30 o 40 años, si no existieran los zoológicos no se pudiera estar recuperando el cóndor de California por ejemplo, el hurón de patas negras o en el caso del Zoomat el quetzal, el pavón, el tapir, especies de cocodrilo que en la década de los 70s y 80s se salvaron de la extinción gracias al trabajo del zoológico Miguel Álvarez del Toro, es el caso del cocodrilo de pantano y que ahora esas poblaciones ya se han recuperado a tal grado que han cambiado de categoría para su manejo y aprovechamiento”, indicó el director operativo del ZooMAT.

Ante la propuesta de que los zoológicos deban convertirse en santuarios, Guichard Romero expuso que quienes realizan tales proposiciones están equivocados, porque aún persisten en la idea de que tales espacios tienen a los animales en condiciones inadecuadas, sin embargo, si algo hubiera que cambiar, serían las reglas con que operan esos centros y verificar que cumplan con las condiciones necesarias.

Tales auditorías están a cargo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, organismo encargado de verificar constantemente al ZooMAT y sus condiciones, la procedencia de los animales, que se encuentren en espacios adecuados y de no ser así, decomisarlos y buscarles un mejor destino.

Actualmente, el ZooMAT alberga mil 600 animales de 180 especies distintas, todas nativas del estado “este zoológico maneja exclusivamente fauna de la región, pura fauna del estado de Chiapas y es muy conocido porque se encuentra dentro de una reserva natural, sus animales se mantienen en muy buenas condiciones, hay programas de investigación, de conservación de las especies en peligro de extinción o en situación crítica, tenemos programas de educación ambiental, de investigación de muchas especies, además funciona como un centro de rescate”, manifestó Guichard Romero.

Finalmente, y como respuesta a los comentarios que han criticado el estado de los animales en el ZooMAT, el directivo concluyó “lo primero que les diríamos es que vengan y lo vean, en este caso afortunadamente hay un dicho mexicano que dice ‘lo que se ve no se juzga’”.