ZooMAT, un recorrido de 2.5 km; ¿vale la pena ir?

El Zoológico “Miguel Álvarez del Toro” (ZooMAT), ubicado en la capital de Chiapas, está en una reserva natural que se compone de 111 hectáreas protegidas y que da cabida a 165 especies nativas. Más allá de ser un lugar de exhibición de estos ejemplares, también es un centro que promueve la conservación e investigación de animales que se encuentran en riesgo o peligro de extinción.

Desde hace un par de semanas este lugar funciona casi a su capacidad completa, por lo que la población puede asistir sin realizar una cita previa pero, en estos últimos días de vacaciones de verano, ¿vale la pena visitarlo?

El lugar es seguro si se llevan a cabo los protocolos recomendados por las autoridades sanitarias. Al llegar al sitio una cinta en amarillo indica precaución y el lugar para ingresar. Personal aplica gel antibacterial y da algunas indicaciones básicas para que los usuarios usen el cubrebocas el mayor tiempo posible.

El nuevo recorrido del ZooMAT tiene una extensión de 2.5 kilómetros que, a paso lento, le llevaría a la visita entre dos y tres horas recorrerlo. La sensación de conocer parte de la fauna local lo hace un lugar atractivo, con lo que los visitantes se olvidan (por un momento) de los 35 °C que, generalmente, azotan a la ciudad.

Por cuestiones de seguridad sólo hay un acceso para entrar y otro diferente para salir. Antes de llegar a la taquilla los visitantes pasan por un arco para una nueva desinfección. El cobro por persona es de 35 pesos y se puede visitar de martes a domingo, después de las 9:00 a. m. Está permitido el ingreso de alimentos, aunque al interior no hay manera de comprar.

Entrada

Previo a iniciar el recorrido, los turistas tienen que depositar los boletos en una bolsa especial para evitar un contacto directo con el personal. La primera parada se hace en el Museo del Cocodrilo (hace unos días cumplió 17 años de su creación), el cual muestra las tres especies que tiene Chiapas (el de pantano, de río y el caimán), su ubicación geográfica, los hábitos alimenticios y hasta su forma de reproducción.

La imagen imponente en este recinto se la lleva “don Choco”, que es un cocodrilo que en vida alcanzó los cuatro metros de longitud y 300 kilogramos de peso.

Al salir de este lugar las huellas en el piso indican el camino; al interior se puede disfrutar de las iguanas verdes, los tucanes, quetzales, monos araña, zorros, loros, tortugas, tapir y un sin número de reptiles.

Restricción

El Aviario en estos momentos no está funcionando por disposiciones sanitarias. Lo único que puede observar la población es que es un sitio que alberga 40 tipos de aves, siendo la mayoría especies migratorias. Caminar sobre los senderos que ofrece el Zoo-MAT vale la pena si toma en cuenta que es un espacio único en su tipo en todo México.

También los interesados en acudir al sitio se toparán con que la Casa Nocturna está inhabilitada. Recordando que antes de que se activaran varias restricciones sanitarias, los interesados podían admirar a los murciélagos, armadillos, mapaches y otros roedores que tienen su actividad más importante durante la noche.

Pero esta ausencia de actividad es recompensada con lo que se ofrece en el Vivario que, según la ficha técnica, es un lugar especial donde se pueden apreciar insectos y arácnidos que están vivos pero resguardados en lo más parecido a su hábitat natural.

Especies

En el Museo del Zoológico los visitantes pueden apreciar a “Zambo”, un jaguar negro que vivió durante 22 años. Desde que comenzaron a abrirse los recorridos con cita previa (y por grupos) y después de que se liberó el ingreso, un promedio de 94 mil 228 personas han visitado el inmueble.

Por lo que, si de admirar especies se trata, el pagar 35 pesos por recorrer 2.5 kilómetros de espacio natural para conocer la fauna local sí vale la pena. Más cuando en un punto los turistas se encuentran con la taxidermia de un águila arpía (el primer ejemplar que se tuvo vivió 41 años) y en la parte final al jaguar negro.

Admirar el Herpetario de Montaña y el Tropical son otros atractivos únicos que se pueden encontrar los turistas durante el recorrido. En este lugar hay tortugas, dragoncitos y cualquier cantidad de serpientes que están distribuidas en diferentes regiones de Chiapas; la nauyaca real es la más temida en la entidad.

El lugar es ideal para visitarlo cualquier día de la semana (excepto los lunes porque no hay servicio). Disfrutar un pedazo de las 111 hectáreas que alberga la reserva de El Zapotal permite a la población local no sólo admirar la belleza de los animales, sino también entender la grave situación a la que se enfrentan algunos con la destrucción de sus espacios naturales. Si usted tiene tiempo y ganas de romper la rutina, no pierda la oportunidad de acudir al zoológico y poder admirar la belleza de la flora y fauna nativa.