"Iván Agüero * CP. El deporte nacional por excelencia tiene sus orígenes en el estado de Hidalgo, aunque otras entidades como Puebla y Estado de México le siguieron. En Chiapas, Cintalapa de Figueroa es reconocida por los historiadores como la cuna de la Charrería.



Los inicios

Los primeros charros entraron por la parte poniente-sur, provenientes del Estado de México. Lograron asentarse por unos días en el Valle y ahí dieron cuenta a los chiapanecos sobre las suertes charras.

Es así como surge este deporte en tierras chiapanecas, un estado rico en caballos, buenos jinetes, ganado suficiente para organizar la fiesta de la Charrería.

""Con nuestro cariño y respeto a los fundadores y creadores de la Charrería en el Valle de Cintalapa, que en minutos de alegría crearon un siglo de tradición"", declaró Ignacio Gómez, destacado charro de antaño y que ahora funge en las tareas de jueceo.

Don ""Nachito"" como se le conoce, tiene a bien recordar los nombres de cada generación de charros que ha existido y de los que están en la actualidad en dicha ciudad. ""A ellos que en sus hazañas deportivas y en sus lances de hombres de campo inmortalizaron la leyenda del charro en este bendito Valle de Cintalapa, cuna del toro salvaje, la zandunga y el arte del poeta Rodulfo Figueroa"", recordó con cariño Gómez Cal y Mayor.

Relata que en la primera generación de charros estuvieron Esteban y Jorge Figueroa Burguete, Emilio y Santiago Toledo Farrera, Federico y Rafael Serrano Castro, Jacinto Tirado Esponda, Abraham Marín Jiménez, Wistano Paredes Esquinca, Polidoro y Erelín Moguel Burguete, Antonio Serrano Toledo, Agustín Esquinca Rodríguez, César Moguel Burguete y Eduardo Tirado Castañón. Además tuvieron como primera reina a Sarita Moguel, y como mascota a Carlos César Burguete.

Ellos fueron los charros pioneros de la ciudad de los ""Nitus"" y su generación comprende de 1934 a 1944. El profesor Ignacio Gómez clasificó la charreada cintalapaneca en décadas, de modo que algunos charros se agregaron, pero varios prefirieron bajarse del caballo en la alta competición.

Don ""Nachito"" recuerda que una segunda camada de charros comenzó a surgir en 1944, y la lista se incrementó gracias a que los pioneros impulsaron en gran medida este deporte en su ciudad.

Los charros de la segunda generación son Erelín Moguel, Ariosto, Heberto y Amadeo Burguete Camacho, Jesús Erasmo y José Óscar Moguel Burguete; Ramón Camacho, Carlos Serrano Moguel, Ramon Montoya, Manuel Burguete Farrera, Juan José, Ricardo y Javier Moguel Roque; Daniel Núñez, Manuel Culebro, Adolfo Aguirre, Floriano Ramos, Moisés Guzmán, Ezequiel Castañón, Óscar Culebro, Romeo Guzmán, Guillermo Moguel y Leopoldo Moguel.

El crecimiento y apoyo de la Charrería creció considerablemente en los años 50, cuando se integraron más familias, algunos hijos y sobrinos de los antes mencionados.

Recuerda Ignacio Gómez que en los 50 aparecieron Gonzalo Toledo Escobar, Cirilo y Guillermo Moguel Roque; Rafael Culebro, Aquilio Guzmán, Miguel Cal y Mayor Gutiérrez, Armando, Polidoro y Alfonso Moguel Riera; Efrén y Emiliano Ramos Vázquez; César, Óscar y Javier Moguel González; Florentino y Martiniano Ramos Cruz; Diego Ramos Gutiérrez, Ezequiel Palacios Castillejos, Miguel Toledo, Ignacio Gómez Cal y Mayor, Jorge Farrera Velasco, Jaime Toledo del Pino, Ariosto Ramos Guzmán, Alfredo Moguel Espinosa, Antonio Serrano, Jesús Cruz, Félix Gutiérrez, Rafael Salinas, Jorge Martínez, Adán García Mendoza, Adalberto Moguel, Ceín Martínez Ramos y Eduardo Aguilar Ramos, que fue uno de los hombres que apoyaron con ganado.

Ya en el nuevo siglo, la lista es interminable, pero puede señalar como buenos charros de la región a Óscar Culebro, Rafael Culebro Díaz, Gustavo Enríquez Othon Portillo, Abacuc Aguilar, Amauri Velázquez, José Manuel Valdéz, Juan López, Obet Cruz, Oswaldo Aguilar y Evelio Aguilar.

""Aquellos que siguen engrandeciendo este deporte 100 por ciento nacional, estarán siempre presentes en las listas de nuestros recuerdos y vivirán en nosotros con su ejemplo en la virtud de sus hechos"", concluyó don ""Nachito"".



La producción no para

La historia sigue creciendo en Cintalapa de Figueroa. Por lo pronto cuentan con dos plazas importantes dentro de la ciudad para seguir promocionando el deporte nacional por excelencia; hablamos del lienzo de la Expo Ganadera, y el otro es el del Valle de Cintalapa, lugares donde se han escrito grandes historias, proezas, hazañas y pasión.

Lo que es indiscutible es que gracias a Cintalapa, varios equipos en Chiapas y otros estados cuentan con charros de gran nivel y la producción no se detiene, cada día se forman nuevos atletas a caballo que gustan de las diferentes suertes.

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