Hay situaciones en torno al mundo del futbol que algunos aficionados se niegan a aceptar, sin embargo, los equipos se empeñan en confirmarlo. El futbol es negocio, y modelos como el de Necaxa lo reafirman.
Aquel equipo que enamoró a propios y extraños a finales de la década de los 90 y principios de siglo, mutó en un proveedor de jugadores en la Liga MX. Desde que los Rayos lograron el ascenso en 2016, el equipo de la familia Tinajero se ha encargado de surtir las filas de algunos clubes, incluidos los “cuatro grandes”.
Alfonso Sosa, extécnico del Necaxa en dos etapas (2016-17 y 2020), fue testigo y “víctima” de este modelo en el conjunto de Aguascalientes.
“Les ha dado resultado en el tema económico, aunque no tanto en lo deportivo. Nosotros lo vivimos cuando estuvimos ahí. Me perjudicó mucho. Yo decía las necesidades que tenía en posiciones, a ellos (directiva) les llegaban las opciones y ya una vez que traían los jugadores, pues tratábamos de elegir alguna, pero sí era muy limitada en ese sentido”, declaró para El Universal Deportes.
Asimismo, Joel Tepetla, quien trabajó como analista táctico con los Rayos, describe a El Universal Deportes un poco el modelo que empleaban para adquirir jugadores a bajo costo y venderlos en cifras mayores.
“Siempre se están buscando jugadores con un perfil, ya sea pactado por el club, por el mismo director deportivo o el técnico; ya cuando se está a vísperas de terminar el torneo y el DT habló con la directiva y llegan al acuerdo de lo que falta, ya se enfocan en ese perfil para poder traer al jugador, pero no hay días de descanso, todo el día se están viendo jugadores”.