Será un largo torneo para Cruz Azul. Juan Reynoso deberá trabajar mucho, demasiado, para rearmar al equipo, convertirlo a su modo y forma, y —sobre todo— para motivarlo.

El cuadro cementero que se vio ayer no tuvo ideas, ni sangre, porque no basta con enojarse, hay que ir más allá del deseo genuino, del ser profesional. Cruz Azul salió a cumplir, con eso le bastó para igualar durante la mayor parte el juego contra los laguneros, pero no para ganar.

Santos, con un golazo de Diego Valdés (minuto 60), rescató a un plantel que se presentó parchado, sin sus figuras en el campo, por lesión o enfermedad. El carácter los sacó adelante y un golazo otorgó la apretada victoria.

Nadie pensaba que Reynoso, con cuatro entrenamientos, mostrara una cara espectacular del equipo, pero sí por lo menos que mantuviera lo hecho por el anterior técnico, Robert Dante Siboldi, y no, ni uno ni lo otro. Decepcionante presentación, mucho por trabajar.

Después del gol, Santos reculó, pero ni así Cruz Azul aprovechó. Mucho estrellarse con jugadas por el centro, poco jugar por las bandas. La Máquina estuvo en mes sin técnico, aquí las consecuencias.