Desde la Tribuna

La que se fueEra la 13. La tenían en las manos. Ya imaginaban otra vuelta olímpica, otra visita a la Minerva, otro trofeo en las vitrinas. Pero no, el título 13 del Guadalajara, el que los vuelva a poner mano a mano con el América, tendrá que esperar. Tigres tuvo una remontada histórica, pero ¿fue más mérito suyo o lo que dejó de hacer el Rebaño?

Aprender de las lecciones

Si algo nos dejó esta Liguilla, es que tirarte atrás no siempre trae buenos resultados. De hecho, tanto Monterrey y América en semifinales, como Chivas en la gran final, lo aprendieron a la mala.

El partido fue, guardando las distancias, similar a la final de Catar 2022. Un equipo se fue al frente 2-0 desde muy temprano, y parecía que el otro equipo no tendría cómo remontarles. Sin embargo, un penal fue la chispa que necesitó la remontada, la cual vino en unos cuantos minutos, gracias al jugador estrella. Claro, la diferencia fue que Argentina después del empate lo siguió intentando, mientras Chivas se dejó vencer cuando todavía se jugaron más de 50 minutos.

Paunovic, con todos sus múltiples aciertos, se equivocó en la segunda mitad, pero sobre todo en el tiempo extra. Los goles en contra no fueron yerro suyo, sino falta de concentración: en el primero, del “Pollo” Briseño al regalar ese penal; en el segundo, del “Wacho” Jiménez al no salir y permitir que Córdova le rematara en el área chica; y el tercero, entre el “Pocho” y el “Wacho”, ya que ninguno se atrevió a sacar la pelota que, al final, fue la del título para Tigres.

Sin embargo, sí es culpa del serbio-español el no buscar el tercero, ni antes del empate, ni en los más de 20 minutos que pasaron después de él, ni en la media hora entera del tiempo extra. A partir del penal de Gignac, los rojiblancos se supieron vencidos, pese a que les quedó mucho tiempo, estando en casa, para seguirlo intentando.

Es un torneo agridulce, donde llegaron mucho más lejos de lo que se esperaba, y eliminaron a sus dos máximos rivales camino a la final. Pero quedará la espinita del título que tenían ganado, que dejaron ir, y que dolerá por siempre.

Alexis, el fantasma

Aquí mismo dijimos que quien tenía que aparecer para el Rebaño era su considerado jugador más talentoso y mejor pagado. Pues… sigue sin marcar un solo gol en Liguilla con la playera rojiblanca, y pasó la final de noche, sin marcar una sola diferencia.

Europa, y la reivindicación con su gente, parecen más lejanos que nunca.

La promesa de Siboldi

No solo Robert Dante Siboldi se convierte en el primer entrenador no llamado Ricardo Ferretti que lleva a Tigres a una final desde Carlos Miloc en el 82, sino que es el primero que desciende con un equipo, lo vuelve a ascender, regresa como DT 25 años después, y en su primer torneo les da un título.

El mérito de Siboldi, más allá de cambiar estrategias o de darle la confianza a Córdova, Láinez y Garza, fue cambiar la cara de un equipo que estaba en la lona. Al inicio del torneo, la UANL era favorita para el título tras los fichajes millonarios de Gorriarán e Ibáñez (y ambos empezaron la final en la banca), pero con la salida tempranera de Cocca, sus esperanzas se fueron en picada.

Con el “Chima” Ruiz estaban sin rumbo, y cuando perdieron el cuarto juego seguido en casa, ante el colero Mazatlán, fue cuando llegó Siboldi más como bombero que como la esperanza al título. No estaba segura su continuidad, menos con la eliminación en Concachampions, pero hoy es campeón de México, por segunda vez, en una historia de redención, y con una remontada, que nunca habíamos visto en nuestro Futbol.

La década tigre

Me niego, aún, a considerar a Tigres un grande, porque le falta afición en el resto del país y mantenerse ganador más allá de Gignac. Pero seis ligas en once años y medio, más otros trofeos acumulados, y quitándole ligas a Pumas, América, Monterrey, y ahora Chivas, es para coronarlos, sin duda, como el equipo de la época, la cual parece que llegó a su fin.

¡Hasta la próxima!

Cualquier comentario o pregunta, escríbanme a jpdesdelatribuna@gmail.com.