Desde la Tribuna

Otra fecha FIFA agridulceDos partidos, dos empates. En ambos tuvimos que venir de atrás, en ambos creemos que se pudo haber hecho más. ¿Qué nos dejan estos amistosos?

Buenos debuts

Da gusto ver caras nuevas en la selección mexicana, en especial cuando aportan algo distinto. Huerta fue desequilibrante y metió un golazo ante Australia, Cortizo fue de lo mejor ante Uzbekistán.

Lo preocupante es que, mientras España o Ecuador debutaron estos días en su selección a jóvenes de 16 años (Lamine Yamal y Kendry Páez), aquí la “novedad” son jugadores de 22 y 27 años. ¿Por qué tenemos que esperar tanto para verlos por primera vez?

El tema de la portería

Sé que muchos no quieren más a Ochoa en la selección. También, que lo culpan de cada gol que recibimos. La cuestión es que no hay nadie más. Con Acevedo lesionado, los únicos otros disponibles son Malagón de 26, y Toño Rodríguez, de 31, quienes tampoco son promesas.

Algunos piden al “joven” Tapia, de 22 años, quien ha jugado un total de cinco partidos en primera división, o a Julio González, de 32, a quien los Pumas le trajeron este verano a Gil Alcalá para pelearle la portería. En otras palabras, no saben lo que piden.

Lastimosamente, los porteros mexicanos hoy están muy lejos del nivel de Ochoa, a sus 38 años, luciendo en la Serie A. Ojalá alguien más pueda quitarle la titularidad de aquí al 2026, porque él, lógicamente, querrá romper el récord y participar en su sexto mundial, pero si nadie actualmente le pisa los talones, probablemente lo hará como titular.

De los cinco goles que recibió ante Australia y Uzbekistán, solo uno fue totalmente su culpa. El primero, un cabezazo a un metro (la gente le reclama que no salió, pero, en general, no es común salir en ese tipo de centros). El segundo, un penal.

El martes en Atlanta recibió tres: el primero, un cabezazo al ángulo que rosó y que, siendo exigentes, podría haber parado, pero hubiera sido un atajadón. El segundo, un contragolpe que finalizó un jugador de nombre impronunciable totalmente solo. Hasta ahora, con Paco Memo o con cualquier otro arquero, el marcador hubiera sido el mismo.

Así como aclaro los goles en los que no pudo hacer más, también es clarísimo que se come el tercero. Un tiro libre que lo sorprende dormido, y que sella el empate a tres. Con todo y ese fallo, la verdad no veo a otro portero mexicano que pueda hacerle competencia, hasta ahora.

Eso sí, no tiene por qué estar en cada amistoso. Se entiende en torneos como la Copa Oro, pero estos partidos son para probar, y no dolería ver a Malagón (a quien le siguen recordando un oso de un partido en junio) de vez en cuando (o a Acevedo cuando vuelva).

Los reprobados

El peor del partido fue el “Tiba” Sepúlveda, quien regaló el primer gol, se perdió en la marca del segundo, y lo más destacado fue una tacleada en medio campo que le dio envidia a los defensivos de las Panteras de Carolina que no pudieron hacerlas en esa cancha dos días antes.

Pobre lo de Kevin, “Charly” y Angulo, que deben subir su nivel cuando se ponen la del Tri.

Lo mejor

Me gustó mucho lo poco que vimos a Jordi, además de los siempre confiables “Chiquito” Sánchez y Edson, y del peligro que generaron Antuna y “Piojo”. Pero el mejor del partido fue Raúl, otro a quien le tiran injusta y exageradamente.

Siempre es válida la crítica, el análisis, la opinión objetiva. Si alguien cree que Raúl Jiménez no deba ser convocado para poner en su lugar a alguien más (que tienen que proponer, no solo es no llamarlo porque sí), es totalmente aceptable y discutible.

El problema es que nadie hace eso, sino que se burlan de la terrible lesión que sufrió, hasta comparándolo con personas con capacidades diferentes. Nada de lo que haga está bien: si lo llaman, que para qué; si mete gol, que solo de penal; y si mete dos en jugada abierta, es que es Uzbekistán. Solo tenemos a dos jugadores en la mejor liga del mundo (él y Edson), y mientras puedan aportar, adelante.

Raúl, bienvenido de regreso.

¡Hasta la próxima!

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