Desde la Tribuna

Qué esperar de la vuelta de las semis, Al final, las idas nos dejaron solo un gol, así como todo por definir para este fin de semana. ¿Habrá América-Cruz Azul por quinta vez en una final, o Guadalajara y/o Monterrey harán la hombrada?

Decepción

El Chivas-Águilas del miércoles no solo no estuvo a la altura de una semifinal, sino que tampoco será un Clásico Nacional para recordar.

Entre un equipo que no quiso hacer nada, y otro que sí quiso pero no pudo, nos dejaron un duelo buenísimo… para curar el insomnio. Uno tiene con qué, pero sus jugadores, en especial los que fueron clave de su título el semestre pasado, como Valdés, Quiñones y Fidalgo, están en un nivel paupérrimo, mientras el otro simplemente no tiene el talento para imponerse.

¿Qué tan mal tiene que estar JJ Macías para no ser ni considerado sobre Ricardo Marín y esta versión tristísima de “Chicharito”? Solo “Piojo” Alvarado se salva; es el único que genera peligro y puede resolverte un partido, porque de entre los mencionados más Pavel Pérez o Cade Cowell no se hace uno. El Rebaño salió a proponer, en parte porque tenían que llevarse una ventaja al Azteca, en parte porque el América así lo quiso, pero no tuvieron a alguien que pudiera incomodar a Malagón.

Pero la historia no es el conjunto Rojiblanco, sino el Amarillo. De 270 y cacho de minutos esta Liguilla, el América ha lucido de mal a terrible en la mayoría. Es innegable que hay problemas, con Kevin Álvarez borrado hasta de viajar, con rumores de Quiñones en Arabia o de regreso en Atlas, con cosas como la Triiisecta o viajes a Miami tomando más importancia de la debida, y con unos Azulcremas que se ven muy lejos de su nivel, ya no digamos de hace seis meses, sino de hace un mes.

A pesar de ello, el insípido empate sin goles les conviene, puesto que si el Guadalajara sale del Azteca con un triunfo y el pase a la final sería una sorpresa mayor, y con todo y sus problemas serían favoritos en el duelo por el título. Pero, por lo mostrado hasta ahora en Liguilla, necesitarán mejorar mucho para alzar la 15.

Un plan bien ejecutado

Sin ser extremadamente optimistas, podríamos decir que Cruz Azul tuvo un partido casi perfecto en el Gigante de Acero. El plan de Anselmi se siguió al pie de la letra, mientras que el del “Tano”, como en cada semifinal, estalló en flamas.

La Máquina tuvo paciencia, mantuvo el balón y atacó constantemente en la primera mitad, y una vez conseguida la ventaja, se dedicó a defenderla muy bien. Los mismos que critican a los Cementeros por “colgarse del travesaño”, algo que solo han hecho por algunos minutos esta Liguilla y con mucha lógica por estar arriba dos o tres goles, son los que antes les tiraban por ser predecibles y no cambiar de táctica.

Es imposible ser apabullante por 180 minutos, pero si sales con la ventaja de visita, obligando al rival a ganarte por dos en tu casa, no se puede pedir mucho más. Además, lo hizo con tres cambios del encuentro anterior: sin Ditta, Rivero ni Cándido, y el equipo no perdió ritmo. Anselmi ha corregido el rumbo sobre la marcha, marcando el paso de los partidos y jugándolos tal y como quiere. Claro que Rayados es un cuadro con tanto talento que te va a generar peligro, y es imposible decir que ya están en la final porque las distancias son muy cortas, pero es indudable que no solo es la escuadra que mejor ha jugado las semis, sino todo el torneo.

Del otro lado está el Monterrey, que tendría que considerar seriamente dejar ir al “Tano” Ortiz de no avanzar a la final. Sin ser directores técnicos todos podemos ver lo que le salió mal y bien el jueves: ¿por qué usar solo un delantero en vez de dos, y por qué ese fue Berterame? ¿Por qué no juega más “Tecatito”? ¿Por qué sacó a Romo, el mejor de su equipo en la primera parte, para meter a un Ponchito que no te aportó nada? ¿Por qué con esos cambios decidió jugar a centrar?

El talento de Rayados es superior a casi cualquiera, pero la enorme diferencia estuvo en el banquillo.

¡Hasta la próxima!

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