Conclusiones de la semana 8 de la NFLEstamos a punto de alcanzar el punto medio de la temporada, y tenemos que hablar seriamente de algunos equipos y jugadores.
¿Podemos hablar de Anthony?
Para los que se hicieron fans de los Potros en las épocas de Peyton y de Luck, de seguro no se imaginaron cómo era la vida sin un mariscal de élite. Pues bueno, desde el retiro inesperado de Andrew (y de hecho desde un poco antes con tantas lesiones) han sido el equipo menos consistente en esa posición. Probaron con montones de desechos Wentz, Rivers o Ryan, hasta que por fin decidieron tomar a alguien en el “draft” el año pasado. Anthony Richardson se lesionó muy pronto, pero lo poco que vimos fue prometedor.
Este año Indy llegó como posible caballo negro a la postemporada, dependiendo totalmente de lo que su pasador de segundo año hiciera. Tras ocho partidos, hoy es más probable que “Big Tony” termine siendo un fracaso y que Joe Flacco sea quien les da mejores chances de postemporada.
Richardson depende totalmente de las jugadas grandes, que tiene eventualmente, pero es terrible en los pases más fáciles y es, hasta ahora, el mariscal menos preciso de la liga. Comenzó el partido ante Houston con dos de 13 pases acertados, y su asqueroso 44 % de pases completados en el año es, por mucho, el peor de la NFL.
Lo peor es que, pese a su gigante tamaño, también es propenso a lesiones, y que hizo algo que nunca había visto: decidió sentarse en una jugada (tercera oportunidad) simplemente porque “estaba cansado”. Simplemente no veo cómo mejore su precisión, ni cómo le tengan mucha más paciencia en Indianápolis.
No los mismos, peores
Por cuarta ocasión consecutiva los Vaqueros cayeron ante los 49es. La noticia no es eso, ya que nos tienen acostumbrados a ser hijazos de San Francisco, sino que, si había alguna chance de romper la malaria era ahora. Venían de semana de descanso, los 49ers venían sin McCaffrey ni Aiyuk, y se veían más vulnerables que nunca… y ni así.
El marcador final de 30-24 es engañoso, ya que realmente iba 27-10 en el último cuarto, y es la cuarta ocasión en el año que Dallas va perdiendo por al menos tres anotaciones en un partido, solo superados por Carolina.
Lo decepcionante es que estos Vaqueros no son ni siquiera el equipo de los últimos años que compite y a veces gana su división solo para ser humillado en postemporada, ya que ni para eso les alcanzará. Es su versión con menos talento en mucho tiempo, sus entrenadores están en la cuerda floja y su mariscal es mediocre. Bueno, al menos no le acaban de renovar por el contrato más caro de la NFL… ¡ups!
Pequeña gran diferencia
Ya sé que hablamos seguido de los Jets, pero es que es el cuadro más interesante de la liga (y el más fácil en hacer burla). Tomemos como ejemplo a los Broncos, el otro conjunto al que iba a llegar Rodgers y donde estuvo Natt Hacket, su actual coordinador ofensivo, como entrenador anteriormente.
Si repasamos la plantilla de cada equipo, los neoyorquinos son superiores casi en cada línea. Un mariscal de Salón de la Fama ante un novato, receptores como Davante, Wilson, Lazard y Mike Williams ante solo Courtland Sutton, un corredor como Breece Hall ante un elenco repartido, además de estrellas a la defensiva como “Sauce” Gardner, Kinlaw, Mosley y el recién pagado Haason Reddick contra una defensiva sin nombres fuera de Patrick Surtain.
Sin embargo, una escuadra tiene marca de 5-3 y está dentro de la postemporada, mientras la otra va 2-6, con cinco derrotas seguidas y en último lugar de su división. ¿Entonces, qué diferencia a un equipo y otro? El cuerpo técnico.
Uno tiene a Sean Payton, quien hizo maravillas y fue campeón en Nueva Orleans, y que va poco a poco reconstruyendo un roster malo en Denver con pocas selecciones del “draft”, mientras en la Gran Manzana se deshicieron de su coach y desde entonces no ganan, y son un absoluto desastre en ambos lados del ovoide.
La temporada de los Jets está perdida por 14º año consecutivo.
¡Hasta la próxima!
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