Conclusiones del Super Bowl LIXHa concluido la temporada de NFL, y lo ha hecho de forma sorpresiva e histórica.
Una paliza total
No se dejen engañar por el marcador final, maquillado por Mahomes en tiempo basura. Este partido iba 34-0 en el tercer cuarto, 40-6 en los minutos finales. Fue una feroz golpiza de principio a fin, aún mayor que la que sufrieron estos Jefes ante los Bucs hace cuatro años.
Ya me imagino en unos años cómo los defensores de Patrick dirán que “no jugó tan mal” ya que anotó tres veces, pero recordemos que sus primeros puntos fueron en el último minuto del tercer cuarto, que en su segunda anotación iban perdiendo por 34 y que su tercer TD fue después de que bañaran a Sirianni con Gatorade de limón.
Estadísticas infladas cuando el encuentro ya estaba definido, algo detestable y que va contra la esencia del juego. La realidad está en los números: Mahomes tuvo más yardas en su intercepción regresada para TD (38) que lanzadas a sus receptores en toda la primera mitad (33). Su “rating” de 11.4 es el tercero más bajo en toda la temporada en cualquier partido, y eso que mejoró con sus TD finales. Tuvo tres pérdidas de balón que resultaron en 17 puntos de Philly.
No superaron la mitad de su campo hasta que faltaban dos minutos del tercer cuarto, y las seis capturas fueron la mayor cantidad sufrida en su carrera. Mahomes quiere algún día alcanzar a Brady, pero les pido de favor dormir esa conversación por algunos años.
Viene de sus dos peores temporadas en estadística, y las dos derrotas por paliza en un Super Bowl es algo que los grandes, llámese Brady o Montana, nunca tuvieron.
Incluso tuvo la oportunidad de regresar de 24 puntos como los Pats en 2017 (el famoso 28-3), pero en vez de eso tiró otra intercepción.
Sí, la línea ofensiva jugó horrible, Kelce tuvo un pase soltado y cero recepciones en la primera mitad y el juego terrestre fue inexistente, pero nunca se borrará cómo Mahomes, a las puertas de hacer historia con un tricampeonato, jugó el peor partido de su carrera.
La clave de la victoria
Lo más sorpresivo no es la paliza de Filadelfia, sino que lo hicieron sin necesitar a su mejor jugar. El plan defensivo de Kansas City era contener a Saquon Barkley y forzar a Jalen Hurts a ganar el partido. Pues hicieron lo primero, limitando al jugador ofensivo del año a 2.3 yardas por acarreo, pero Hurts tomó ese reto y jugó increíble… tal como lo hizo dos años en este mismo escenario.
Todo el año la esencia de las Águilas era correr y que Hurts manejara el encuentro, pero en los dos partidos más importantes del año fue el mariscal quien se puso el equipo al hombro y los llevó a dos palizas seguidas.
Historia de redención
Ya que hablamos de Hurts, es increíble repasar su trayectoria. Pasó de la estrella en Alabama a ser banqueado en el campeonato nacional por Tua Tagovailoa y siendo transferido a Oklahoma. Fue el quinto mariscal tomado en el draft 2020, cayendo hasta la segunda ronda y llegando como suplente de Carson Wentz en Filadelfia.
Desde que tomó al equipo en 2021 han llegado a playoffs cada año y tiene el sexto mejor porcentaje de victorias en la historia de la NFL, llegando a un Super Bowl y al segundo lugar del MVP en 2022… y aun así muchos seguían sin darle crédito.
Hoy es el primer mariscal en perder su primer Super Bowl y volver en todo el milenio, anotando siete en sus dos apariciones. Cuando hablemos de los cinco mejores pasadores de la liga, Hurts debe estar ahí indudablemente.
El lugar en la historia
Un tricampeonato hubiera sido histórico, pero una derrota así también lo es. Podemos dejar descansar los debates del “mejor de la historia” para Andy Reid, Mahomes y Travis Kelce por un rato. Este último, tras su último año tan gris, debería pensar en el retiro. El tope salarial tampoco le sonríe a KC, y deben reconstruir nuevamente su línea ofensiva.
Un poco de humildad a los Jefes no les viene nada mal, y el próximo año será mucho más difícil. Gracias y felicidades, Filadelfia.
¡Hasta la próxima!
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