Qué le pedimos a la selección mexicana este veranoSolo queda un año para el inicio de la Copa del Mundo, y México debe aprovechar sus pocas oportunidades de probarse antes de estar bajo los reflectores del mundo entero.
¿Otro verano insípido?
México tendrá otro verano de Copa Oro, un torneo que solo sirve para incrementar crisis y dudas. Absolutamente nadie irá al Ángel si la ganamos, y todos se rasgarán las vestiduras al primer marcador medio adverso.
Sin embargo, eso no significa que no podemos ver algo positivo de este verano, comenzando con los amistosos de estos días. Para empezar, son mejores rivales de lo esperado, y son justo lo que podemos esperar en nuestro grupo en el mundial.
Tanto Suiza hoy como Turquía el martes son equipos europeos de buen nivel y experiencia, y son un piso arriba de los usuales amistosos moleros, mismo caso de Japón y Corea del Sur, nuestros próximos partidos en septiembre.
A quién queremos ver
Hoy la prioridad total debería ser definir los convocados a la Copa del Mundo en casa. Es decir, ya no hay tanto margen de probar caras nuevas, pero eso no significa que jugadores como Marcel Ruiz, Mateo Chávez, Jesús Orozco Chiquete, Efraín Álvarez o Gilberto Mora puedan todavía ganarse su lugar. Todos ellos vienen de gran torneo en Liga MX y, en el caso de Chávez, de dar el salto al Futbol europeo, por lo cual prácticamente no hay ninguna posición definida.
Y ese es el mayor problema y la mayor oportunidad de mejora de esta selección, que cualquier posición está en el aire durante el próximo año. La portería, por ejemplo, hoy es de Malagón, pero seguimos esperando que tenga una buena participación en selección nacional.
La central es Vásquez-Montes, pero mientras el primero se consolida en Italia, al otro ya lo quieren repatriar. Por derecha se habla de Sánchez, Reyes, Huescas o Araujo; por izquierda pueden ser Gallardo, Arteaga o Angulo. En el medio campo Lira está alzando la mano para meterse en el combo de Edson, Charly, Romo, Chávez o Pineda. Adelante, puede funcionar la dupla Giménez-Jiménez, pero habría que sacrificar extremos. Para todo ello puede servir esta insípida Copa Oro.
El lado bueno
No somos expertos en eliminatorias asiáticas ni mucho menos, pero sí podemos confirmar que los dos países que amarraron esta semana su boleto a su primera Copa del Mundo, Uzbekistán y Jordania, estuvieron mucho tiempo cerca de asistir y se merecen la chance de vivir la máxima fiesta del deporte.
Ya he dicho en repetidas ocasiones que si algo no está roto, no lo arregles, en relación al nuevo mundial de 48 selecciones. Disminuye el nivel promedio y la importancia de calificar a uno, pero si hay algo que rescatar es precisamente esto: que se abre la oportunidad a más naciones que nunca han podido vivir esto. Ellos, tal como tentativamente Venezuela, por ejemplo, serán de los pocos puntos positivos de este nuevo formato.
Mucho trabajo por hacer
Así de rápido debutó Ancelotti como seleccionador nacional, y mi conclusión principal es que tiene un largo trecho por delante para hacer a su selección competitiva por la Copa del Mundo. Por el historial de Brasil, cualquier cosa que no sea levantar el “hexa” sería un fracaso, pero lo principal hoy es amarrar el boleto e ir mostrando constantes mejorías en el proceso.
En frente tenía a una de las selecciones más duras del continente, un Ecuador con un campeón de la Champions en Pacho y el fichaje más caro en la historia de la Premier, además de otras figuras en Europa como Hincapié o Estupiñán, mientras la Verdeamarelha tenía a cinco titulares del Brasileirao.
En otras palabras, el talento simplemente no está ahí, y si bien Vini Jr. fue el mejor de su equipo, esta muy lejos de lo que en su momento tuvo el Scratch du Oro como figuras. Es ahí donde Carletto debe compensar y trabajar horas extra, intentando evitar que Brasil haga el ridículo por sexto mundial seguido. Un 0-0 no es un mal inicio, pero el tiempo es muy corto para el pentacampeón.
¡Hasta la próxima!
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