Desde la Tribuna

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¡México campeón!La selección se coronó en Houston, y aun así hay muchos mexicanos descontentos. ¿Qué nos dejó el triunfo del domingo y toda esta Copa Oro?

A festejar… moderadamente

No voy a juzgar a aquellos que fueron al Ángel, ya que nadie quiere aguar su fiesta aun si es algo exagerada. Pero lo malo es el otro extremo, aquellos mexicanos que con nada están felices y hacen menos esta victoria.

Sí, es verdad que no estaban Pulisic, Weah, Musah o McKennie, pero todos ellos estuvieron en la Nations League de marzo y cayeron en semis ante Panamá. No es culpa nuestra que no hayan llevado a su equipo completo, y al final México ganó cinco de seis partidos, y en el único empate, ante Costa Rica, nos robaron un gol legítimo que era el del triunfo. Si esperan que goleemos a cada rival, no solo esas épocas ya se terminaron para nosotros, sino que en cualquier parte del mundo, en cualquier torneo, es muy raro ver que un equipo gane siempre sobradamente.

El Tri fue superior en cada encuentro, en mayor o menor medida, pero sobre todo en la final. Sí, mucho tuvo que ver que estuvimos obligados a atacar desde el inicio por el gol al minuto 3, pero aun después del empate de Raúl, los números de posesión, tiros y llegadas son muy superiores a nuestro favor.

Entre 2021 y 2022 estuvimos en la lona, perdiendo cada oportunidad ante ellos y viendo cómo levantaban cada trofeo, tocando fondo en aquella semifinal del 2023 que le costó el puesto a Cocca. Hoy es todo lo contrario: somos bicampeones de Copa Oro, campeones de NL, y también tenemos los títulos sub-23, sub-20 y sub-17. Ah, y añádanle 18 de las últimas 19 Concachampions.

Y aun así, es inexplicable el cangrejismo de algunos, demeritando este trofeo como no los hubiéramos reventado si no lo levantábamos. ¿Estamos para campeones del mundo? Por supuesto que no, pero sí estamos mejor que hace un año tras el fracaso en la Copa América, y ya nos quitamos ese fantasma ante nuestro mayor rival.

Los mejores… y los no tan buenos

No creo que podamos “reprobar” a ningún jugador mexicano, pero sí hay de los que brillaron a los que perdieron puntos. El mejor mexicano del torneo está entre tres… justo los que están en ligas top. Raúl Jiménez anotó tres veces, pero dos de ellas fueron clave: el del triunfo ante Honduras y el del empate en la final, con una emotiva celebración con dedicatoria para su amigo Diogo Jota que a más de uno nos sacó una lagrimita.

Edson Álvarez no solo aportó con goles, incluyendo el del título, sino que fue de menos a más y se afianza como capitán. En ambos casos, cuando no quieren salirse de su posición e inventar es cuando mejor están, dejando que otros creen juego y dedicándose a lo que mejor les sale. En el caso del “Machín”, eso es aportar en labores defensivas y salir con la pelota.

Por último, el más sólido pero menos vistoso fue Johan Vásquez, quien debería haberse afianzado como nuestro central por izquierda. Atrás están Gallardo y Jorge, demostrando porqué hoy están encima del resto en las laterales. Qué decir de Marcel, Mora, Lira y Vega, todos alzando la mano.

Del otro lado, Alvarado está en serio riesgo de ver cómo “Chucky” regresa y le quita su lugar. Santi Giménez tuvo pocas chances, y la mejor de todas fue anulada, yéndose en ceros y perdiendo la tendencia de Aguirre de jugar con dos delanteros. A su vez, Malagón sigue en las mismas, sin tener un solo gran partido aún en selección.

Justifico mi respuesta

Un dizque periodista llamado Sergio Bailleres se atrevió a publicar que “hay muchos como Gilberto (Mora) por todo el país. En tercera, segunda y en el llano y la talacha”.

No podía dejar de contestarle que no pusiera tonterías (en otras palabras), y es porque es totalmente absurdo. Un talento como el chiapaneco, titular de su selección a los 16, siempre destaca, y si bien podría haber más visorías o apoyo, eso no significa que el mejor talento se queda en el barrio. Mora es único, y debemos apreciar lo que tenemos.

¡Hasta la próxima!

Cualquier comentario o pregunta, escríbanme a jpdesdelatribuna@gmail.com.