Habemus finalNo hubo sorpresas en las semis del Mundial de Clubes, y será final europea tal y como esperábamos.
Histórico
Ya no es casualidad lo del PSG. Ya humillaron 5-0 al Inter Milán, 4-0 al Atleti, 2-0 al Bayern y ahora 4-0 al Real Madrid. Cuatro victorias y 15-0 ante cuatro de los equipos más fuertes de Europa, y todo en el último mes y medio. Curiosamente, el único que ha podido vencerlos fue el Botafogo de Renato Paiva, a quien corrieron días después.
París St. Germain está a unos cuantos partidos de hacer algo nunca antes visto: un septeto. Solo el Barcelona 2009 y Bayern 2020 han levantado seis títulos en un año, pero esta escuadra ya tiene tres títulos, y está a cuatro victorias de levantar siete. Este domingo, ante Inter; en agosto aplastará al Tottenham por la Supercopa Europea; en diciembre en Catar busca la Intercontinental (recen porque esté ahí) y cuando sea y contra quien sea que ganen la Supercopa de Francia.
No se ve quién sea el guapo que los vaya a detener, ya que parece que hasta bajan el ritmo y solo juegan con su comida. Lo hicieron ante Inter Miami, y también el miércoles contra el Madrid. Era totalmente entendible que iban a golear a un equipo de la MLS, pero muchos aprovecharon eso para burlarse de un Messi semirretirado y a sus 38 años… pero ahora que le aplicaron exactamente la misma al club favorito de aquellos burlones, no he escuchado nada al respecto.
No es casualidad tampoco que Guardiola pudo hacer casi invencibles a algunas versiones del Barça y al City 2023, mientras que Luis Enrique ya hizo lo mismo con el Barça 2015 y este PSG. Con tan poca diferencia del talento, de físico y de esfuerzo hoy en día, los DT son más importantes que nunca.
Las pequeñas grandes diferencias
Hay algo llamado “adición por substracción”. Significa que a veces eres un mejor equipo solo por deshacerte de algunos jugadores que restan más de lo que suman. No significa que no puedes ganar con Mbappé o que no sea, incluso, probablemente el mejor del mundo hoy en día, pero es indudable lo mucho que el PSG cambió en apenas su primer año sin él. Mientras Kylian estorba a Vinicius, tanto en la cancha como mentalmente, en París todos tienen una función muy clara tanto en ataque como en defensa. ¿Cuándo habían visto a un equipo comenzar un partido lanzando el balón a un saque de banda rival cerca del tiro de esquina? ¿Que los delanteros presionen en el saque de meta como si fueran esquineros de la NFL? ¿Que en vez de irse a la esquina a perder tiempo puedan seguir atacando y anotando sin perder la pelota, tal como se la aplicaron al Bayern el otro día?
En cambio, el Madrid está en un claro periodo de transición, apenas adaptándose a la llegada de Xabi Alonso, sorprendidos por lo bien que han salido Huijsen y Gonzalo García, pensando en cómo van a suplir a Modric, pero sobre todo sin saber qué pasó con los Bellingham, Vini y Rodrygo de la temporada 2024.
Aprovechando las circunstancias
Voy a pararme un poco de pecho y recordarles que me aventuré a decir que Chelsea sería campeón. Ya dicho eso, no espero menos que otra goleada parisina el domingo porque entre ambos equipos hay una enorme diferencia.
Los Blues aprovecharon un camino mucho más accesible por accidente. Fueron aplastados por Flamengo y eso los mandó al segundo lugar de grupo, evitando la parte fuerte del cuadro. Además, un tropezón del Bayern hizo que los evitaran, y en su lugar fue un Benfica muy débil. Brasileños en cuartos y semis, que le costaron bastante más de lo que parece, pero que fue mucho mejor que ver a un europeo.
Hubiera sido bonito ver aquí a Palmeiras o Fluminense, equipos a los que eliminó Chelsea en su camino a la final, aun si el resultado fuera el mismo, pero eso no es culpa de los ingleses.
No se pierdan mañana, aquí mismo, el previo completo de la gran final del domingo entre París St. Germain y Chelsea, en esta primera edición del nuevo Mundial de Clubes de la FIFA.
¡Hasta la próxima!
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