Conclusiones de la Semana 4 de la NFLAsí de rápido se fue el primer mes de competencia, el que muchos equipos utilizan como pretemporada. Mientras algunos contendientes despiertan, a otros los podemos ir descartando.
¿El momento que cambió todo?
Puede ser coincidencia o no, pero la temporada de Kansas City es una antes y otra después del “fumble” recuperado por Mahomes al final del segundo cuarto ante Gigantes. Fue un error suyo que pudo haberles costado puntos, pero él mismo recuperó el ovoide y terminaron anotando en esa serie.
Hasta esa jugada llevaban 10 cuartos esta temporada, y Patrick había lanzado para dos anotaciones y una intercepción con un “rating” de 77.4 y uno de los peores porcentajes de pases completos de la liga. Desde entonces han jugado seis cuartos, y con marca de 5-0 en TD-intercepciones, un rating de 124.1 y casi un 70% de pases completos.
No solo eso; en ese punto la opinión general era que los Jefes apestaban, que les estaba costando un mundo superar a los terribles Gigantes y que su dinastía se acabó.
Ahora están 2-2, solo un juego atrás de los Cargadores y tras su mejor juego ofensivo en casi dos años. Es cierto que la defensiva de Baltimore es una de las peores de la liga (última en puntos y penúltima en yardas permitidas), pero es justo lo que necesitaban para despertar y anunciar al resto de la liga que seguirán dando lata.
Por su parte, ahora Lamar Jackson está 1-6 ante Mahomes y hasta salió lastimado, y sigue siendo ese jugador increíble pero que se achica en momentos importantes. Ahora recibirán a la defensiva #1 (Houston), tal vez sin su estrella, y la posibilidad de empezar 1-4 es muy latente.
Un empate que sabe a gloria
A nadie le gusta los empates en la NFL, pero creo que Jerry Jones no pudo haber pedido una mejor noche. Ese 40-40 pasará a la historia, no solo porque fue un partidazo en una tremenda rivalidad, sino porque fue la primera visita de Micah Parsons a Dallas desde que lo canjearan el mes pasado, uno del que se hablará por mucho tiempo y del que falta por ver sus consecuencias.
No pudo ser mejor para la narrativa a favor del dueño de Vaqueros: todo el mundo esperaba una feroz paliza contra Green Bay, y al final Dallas lució mejor sin su mejor arma ofensiva (CeeDee Lamb) y Parsons no fue factor (más que en una jugada clave en tiempo extra, detendiendo a Dak). Él mismo declaró que fue “una buena noche para Estados Unidos”, quién sabe por qué, pero claramente fue el ganador de la noche… salvo un pequeño aspecto.
Dallas tiene, al mismo tiempo, la ofensiva #1 y la defensiva #32 de la liga en yardas. Van 2-2 y el duelo ante Filadelfia pudo haber sido victoria con un par de jugadas diferentes, pero eso deja un sabor agridulce: los Vaqueros son más competitivos de lo que todos creíamos, pero precisamente la falta de talento a la defensiva es lo que les terminará costando.
Ganar es un músculo
Septiembre no es un mes para hacer puntos de estilo, sino para acumular victorias e ir definiendo detalles. El actual campeón va 4-0 con 20 triunfos seguidos mientras Hurts no se lesiona, y aun así muchos lo critican por la forma en la que ganan los juegos.
Si en un partido su ofensiva no hace nada en la primera mitad y en la segunda se enciende y anota 27 puntos seguidos, está mal. Si en el siguiente hacen lo contrario, tomando una cómoda ventaja y pasando para cero yardas en la segunda mitad, tampoco les gusta. Han vencido a tres contendientes seguidos en Jefes, Carneros y Bucaneros, y aun así no están contentos. Es ridículo criticar al campeón invicto porque su estilo no es tan vistoso, y no creo que les importe mucho en Filadelfia.
El dato de la semana
Los Broncos han ido perdiendo por exactamente cero segundos en el último cuarto en toda la temporada… y sin embargo van 2-2, con dos derrotas gracias a goles de campo en la última jugada del partido. La paliza que le pusieron a los Bengalíes podría ser un indicio de que se sumarán a la pelea por la división.
¡Hasta la próxima!
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