Un año más de sueños cumplidos y metas alcanzadas se cumple para Luis “El Dragón” Cerón, quien con base a determinación, coraje y una gran preparación hace arder las jaulas de combate para así poner en alto el nombre de Chiapas y de México.
El peleador de artes marciales mixtas (MMA por sus siglas en inglés) platicó con Cuarto Poder previo a su primera defensa del cinturón Banthamweight de la empresa Supreme Fight Night, un título que ganó en marzo de este año en pelea internacional contra “La Bestia” Piñango (Venezuela) y que representa un logro más luego de más de 15 años peleando.
Luis, ¿cómo empezaste en el MMA?
Fíjate que yo empecé en el kick boxing, fui el primer campeón nacional en el estado hace mucho años con ‘Nacho’ Pazos de (la academia) Siam Pazos. Gané ese cinturón y lo defendí dos veces. De ahí brinqué al MMA porque lo vi en la tele y me enamoré completamente, pero tuve que aprender otras artes como el jiu jitsu, boxeo, muay thai; no podía quedarme solo con el kick boxing y continuamos en esta carrera y seguimos firmes.
Creo que soy un peleador que va de generación en generación siguiendo el sueño; ya estoy firmado con una empresa que sale en Fox Sports (Budo Sento Championship), en UFC Fight Pass y ahí estamos picando piedra, luchando y entrenando por llegar al máximo circuito, pero primero lo primero que es defender este cinturón.
¿Cuántos años llevas practicando el MMA?
¡Uh, ya llevo más de 15 años! Por eso te digo que de generación en generación, porque he visto a muchos chiapanecos llegar, intentarlo, irse, regresar, quedarse o simplemente retirarse, y esta es mi pasión, esta es mi vida. Soy abogado, pero mi profesión y a lo que me dedico al 100 por ciento es a los madrazos.
¿Y qué es lo que más te gusta de esto?
Pelear, me gustan las peleas, me gustan los sparrings. Se sufre, a veces entreno dos, tres o hasta cuatro veces al día, pero me gusta el MMA porque tienes que hacer todos los deportes, no solamente las artes marciales. Voy a natación, al crossfit, a las pesas, corro, entro a los maratones; es una vida sana en la que hay altas y bajas como en todo deporte y en toda profesión, pero estoy muy apasionado por mi deporte y muy metido de lleno.
Entonces, ¿cuántas horas le dedicas a la semana a tus entrenamientos?
En la mañana voy a correr, a las 9 (am) hago el crossfit, a las 12 voy a nadar y en la noche hago mi sesión de jiu jitsu, de muay thai, o lo que me toque; ponle que son como ocho horas al día, entonces es como una jornada laboral.
Cuando ya empiezas a ganar y vivir de esto se vuelve un trabajo como tal. Y me hiciste una pregunta muy bonita, de por qué me gusta y no busco la fama, busco el respeto y la admiración de la gente, de mis patrocinadores, de mi familia y mis amigos, y representar a mi estado y a mi país es un sentimiento muy bonito.
En lo personal, ¿cómo crees que se ve a este deporte hoy en día en México? ¿Al principio no parecía muy violento?
Al principio fue muy criticado, como tú dices, les parecía un deporte agresivo, sangriento, feo, sin técnica, pero se ha vuelto profesional y ha tenido tanta audiencia que es un deporte que por donde lo busques es el de mayor crecimiento a nivel mundial.
Ya tuvimos campeones de la UFC y son más los mexicanos y latinoamericanos que están debutando en la más grande empresa y ya vemos a más niños en las academias, más papás interesados en el MMA y en el aspecto de la defensa personal sirve tanto para hombres como para mujeres, así como está la delincuencia en todo el país, creo que es un buen deporte.
Finalmente, ¿cuáles han sido tus máximas satisfacciones en el MMA?
Mis logros deportivamente es ir a conocer otros países por el deporte, ir a pelear dos veces a Brasil, fui a Europa, representar a mi país, a mi estado, a mi ciudad y a mi gente; algo personal fue ver que mis padres entendieran este deporte porque yo estudié una carrera, soy abogado, y todo papá va a querer que el hijo siga la profesión para la que estudió, pero cuando vieron que soy profesional y que tengo el afecto, el aprecio y el respeto de la gente, de patrocinadores y demás, vieron que era algo serio y ahora me motivan y hasta me regañan si no soy disciplinado.
Entonces, creo que ese sentimiento de satisfacción personal que en mi familia y mis padres me aplaudan mis logros y me apoyen en este deporte, es lo más bonito que puedo sentir.