Ernesto de la Rosa, maestro del entrenamiento

Listo para poner en su mejor nivel físico-atlético a las futbolistas del Club Pachuca, de la Liga MX Femenil, el preparador físico chiapaneco Ernesto de la Rosa Montesinos cuenta las horas para un nuevo torneo con el prestigiado club hidalguense.

Pero antes de reportarse en las instalaciones del Pachuca, el entrenador pasa unos días de descanso en su natal Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas, donde revive gratos momentos de sus 15 años de carrera en el Futbol.

Desde la comodidad de su hogar, Ernesto de la Rosa Montesinos comparte con los lectores de “Cuarto Poder” sus inicios en el Futbol mexicano, donde su primer club fue el de los Soles de Acolman del Estado de México, equipo de segunda división con derecho a ascenso al que llegó en 2005. Posteriormente, regresó a Chiapas para integrarse a las fuerzas básicas de Jaguares, primero con tercera división y posteriormente con la sub-17 y sub-20.

“Mi época en Jaguares fue muy padre, ahí a prendí mucho, muy buenas personas, buenos compañeros como Raúl Maldonado, el profe Rafa Bautista, el profe Cuau (Vargas), Darío Romeo, (Miguel) Gómez Palapa, el profe (Jorge) Candia, que en paz descanse, que fueron personajes muy importantes en mi vida y en mi carrera deportiva”, recuerda el preparador físico.

Estuvo seis años con los extintos Jaguares de Chiapas, con los que —dice— le tocó pasar de todo, desde un asalto carretero con el equipo juvenil de tercera hasta un vuelo en el que parecía que el avión se caería por la turbulencia.

Debido a la venta del equipo de su tierra —recuerda—, tuvo que ir a buscar suerte fuera, recibiendo la invitación de Pioneros de Cancún para la segunda división.

Tras un corto tiempo en la Riviera Maya, fue invitado por Celaya FC de la Liga de Ascenso, donde —aclara— no fue registrado oficialmente, aunque era el preparador físico al mando del equipo.

En Celaya se dio la venta del club, le tocó salir y fue invitado a una tercera división que se estaba formando en Cintalapa, proyecto que no se concretó, por lo que junto al exjugador Heriberto Ramón Morales puso en marcha un centro de formación del Atlas en Tuxtla Gutiérrez.

Después fue convocado por el Atlético Valladolid de la tercera división en Morelia, tras lo cual volvió a Chiapas para trabajar 6 meses con Ocelotes de la Unach y de ahí llegó la invitación de su actual club, Tuzos del Pachuca, donde al principio trabajó para el cuadro de segunda división pero desde hace dos años prepara a las jugadoras de Liga MX Femenil.

Importante cambio

Sobre su experiencia incursionando en el terreno del Futbol femenil, reconoció que existen aspectos a considerar entre mujeres y hombres, pues hay diferencias sobre todo en el desarrollo muscular y los gestos técnicos.

Explicó que los varones tienden a presentar muchas habilidades motrices, mientras que las niñas —quizás por algo cultural— no manifiestan tanto ese desarrollo; sin embargo, es la misma capacidad para cada entrenamiento. “En cuanto a la parte física, no dejan de correr, es más disciplinada la mujer que el hombre”, opinó el entrenador.

Como preparador físico que durante muchos años trabajó exclusivamente con varones, ahora con las mujeres —destacó— se consideran aspectos como la fisiología, pues las atletas pueden ver interferida su preparación por su ciclo mestrual, que puede no permitirles desarrollar el entrenamiento con la intensidad que se pide, debido al dolor.

“No es una limitante porque hay niñas que a pesar de que están en su periodo, ellas continúan, a algunas les disminuye el dolor y a otras les aumenta”, comparte el técnico, quien destaca que el club se ha asesorado con entrenadoras de España para conocer cómo potenciar otras áreas de la preparación física cuando esta situación se presenta.

En este sentido, De la Rosa mostró su orgullo por ser parte del Pachuca, un club siempre a la vanguardia y que en Futbol femenil va creciendo con la nueva Liga MX Femenil, como lo prueba el título de Copa que ganaron en el primer torneo promocional, así como un subcampeonato y las tres semifinales a las que han llegado hasta ahora.