Manuel Lapuente, exdirector técnico de la Selección Mexicana, falleció este sábado a los 81 años. El estratega marcó una época en el balompié nacional y su legado está respaldado por múltiples campeonatos con Puebla, Necaxa y América, además del Tricolor.
Arquitecto del logro más importante de la selección mayor: la Copa Confederaciones de 1999 en la que México venció a Brasil. Lapuente dejó escuela en los banquillos mexicanos con personalidad y sobre todo orden de juego.
Su inicio en el futbol se dio lejos de su amado estado de Puebla.
Pasó por Tigres, los extintos Ángeles de Puebla, Atlante y Cruz Azul sin conseguir más campeonatos. Fue en 1989 cuando hizo su regreso a La Franja, con quienes conquistó la Copa México y el Campeón de Campeones en su primer año.
En la década de los 90, Lapuente se consagró como el mejor director técnico del país. Tras un breve paso con la Selección Mexicana, en donde apenas dirigió 11 encuentros, pasó al Necaxa en donde dejó su huella estampada con una generación dorada encabezada por Álex Aguinaga, Luis Hernández y Nicolás Navarro.
Aquel mítico Necaxa conquistó Liga, Copa y el Campeón de Campeones a mediados de los 90s para hacer su triunfal regreso a la Selección Mexicana. En 1997 Lapuente llegaba a comandar el barco para la Copa Mundial de la FIFA de 1998, celebrada en Francia.
México firmó su mejor actuación en cuanto a goles refiere en una Copa del Mundo con ocho tantos, bajo el mando de Manolo Lapuente. Un gol en el minuto 86 de Oliver Bierhoff acabó con el sueño mexicano.
Pero aquella generación no paró con aquella eliminación. Un año más tarde, ante la selección brasileña —subcampeona del mundo— México conquistaría el mayor triunfo en la historia de la selección mayor: la Copa Confederaciones de 1999.
Una vez comenzado el nuevo milenio, Lapuente dejó al Tricolor para tomar las riendas del América para romper una sequía de más de una década sin título de Liga. En el verano 2002, Lapuente retornaba al cuadro azulcrema a la grandeza que lo había caracterizado en la década de los 80s.
Impacto histórico en el futbol mexicano
En su amplia trayectoria, Lapuente dirigió al Puebla, Ángeles de Puebla, Atlante, Cruz Azul, Necaxa, América y los Tigres.
El técnico que formó escuela: el “lapuentismo”
Uno de los técnicos más influyentes y exitosos en la historia del futbol mexicano no solo dejó un legado con los equipos que dirigió, sino con gente que trabajó con él, la cual asimiló su filosofía de juego y la trasladó a otros clubes, con lo que se formó toda una escuela.
Con el fallecimiento de Manuel Lapuente se va el creador de un método de trabajo en el balompié mexicano que fue criticado por muchos, pero con grandes resultados.
Según varios de los estrategas que se identifican con esta forma de juego, es un estilo que prioriza la solidez defensiva y en ocasiones puede renunciar a la posesión del balón, pero eso no significa que se olvide atacar.
Su principal arma son contraataques relampagueantes, para lo que es clave contar con jugadores veloces y contundentes, ya que resulta imprescindible posicionarse frente al arco rival cuando el adversario deja espacios por ir al ataque, además de -claro está- no fallar las opciones de gol.
Icónico entrenador del futbol mexicano
Hablar de Manuel Lapuente es hablar de uno de los entrenadores más icónicos y laureados en la historia del futbol mexicano. Manolo es un histórico de la Selección Mexicana, América, Puebla y Necaxa.
Recordado siempre con su famosa boina, Lapuente, nacido en Puebla el 15 de mayo de 1944, fue jugador profesional y posteriormente encaminó su andar como director técnico.
Como futbolista debutó con los Rayados de Monterrey (1964-65), Necaxa (1966-70), Puebla (1970-74) y Atlas (1974-76). Los logros como futbolista no llegaron.
Sin embargo, el destino le tenía preparada una laureada carrera desde los banquillos. Lapuente dirigió a una de las selecciones nacionales más recordadas en la historia, la de Francia 1998, donde como casi todas, quedó eliminada en octavos de final, pero dejó huella con su estilo y gran Fase de Grupos.
Un año después, conquistó el primer gran logro de la Selección Mexicana. Con la base del mismo equipo ganó en México la Copa Confederaciones 1999 frente a Brasil. En 1998 conquistó la Copa Oro de la Concacaf.












