Considerada como una de las mejores nadadoras mexicanas, María Fernanda González ha comenzado a fraguar su retiro de las piletas y en este año desea representar a México en los Juegos Panamericanos Lima 2019 y llegar a Tokio 2020 con un resultado histórico.
La mexiquense ya ha visualizado su retiro y está en lo que es su último ciclo olímpico. Los 20 años de estar en el alto rendimiento le han dado prestigio y, desde luego, un lugar en la historia de la Natación mexicana.
Por eso en Lima, Perú, estaría por última vez en el concurso continental y desea estar en el podio. La vida personal ya reclama y es tiempo de enfrentarse a un reto en su vida personal y formar estar más tiempo con su esposo Ismael Salguero.
González presume su temple en las piletas internacionales, en donde ha dejado su esfuerzo y entrega en cada una de las pruebas. También ha saboreado el triunfo y las derrotas, porque estas últimas también dejan un buen sabor de aprendizaje.
“Quiero clasificar a los Juegos Olímpicos Tokio 2020. Quiero acercarme lo más que pueda a la marca olímpica y si se puede hacer desde este año, mucho mejor, para enfocarme a la preparación”, asentó.
De la misma manera, planea ser parte del relevo que logre un hecho histórico, “que sea la primera vez que en muchísimos años México podría llevar un relevo a una justa veraniega en Natación”.
Para cumplir con la más grande misión de su carrera deportiva, González Ramírez ha modificado sus entrenamientos. Tiene el asesoramiento del entrenador estadounidense Gregg Troy, con quien trabajó en 2013 en la Universidad de Florida.
Pero mientras llegan los tiempos de hacer realidad su pasaporte olímpico, la sirena mexiquense trabaja para dar la marca a los Juegos Panamericanos Lima 2019.