Desde la Tribuna

Habemus finalManchester City contra Inter de Milán. Uno buscando por fin la gloria europea, el otro ni sabe cómo llegó hasta aquí.

No fue un partido, fue un baile

Lo que vimos en el Etihad no tiene explicación. Solo hubo un equipo en la cancha que hizo lo que quiso con su rival. Fuera de un par de chispazos, más producto del talento de Kroos y Alaba que de la insistencia, los citizens dominaron el partido a placer, y el 4-0 hubiera sido mucho peor de no ser por Courtois.

La única razón para pensar en una remontada merengue era la mística o el espíritu de Juanito, porque fuera de ello fue un abuso total de Guardiola a Ancelotti. El Madrid tendrá un verano difícil, y debe empezar a pensar en la vida sin Benzemá, Modric, Kroos y tal vez Carletto. “Solo” ganar la Copa del Rey puede saber a poco, pero sin duda ahí está la base para otro glorioso futuro, pero con otros nombres nuevos.

Por su parte, el City es claramente el mejor equipo del mundo, y por fin conseguiría el premio a la excelencia. Este año ha goleado al Madrid, Bayern, Leipzig, Man Utd., Arsenal, Liverpool y Chelsea; y en las próximas semanas podría ganar Premier, FA Cup y Champions. Haaland era tal vez la pieza faltante, pero es sin duda un equipazo inspirado por el mejor DT del mundo.

Con sabor agridulce

¿Cómo verá el Milán esta temporada en un futuro? Por un lado, fue apenas su segunda aparición en el torneo tras más de siete años de ausencia. Llegar a las semifinales fue mucho más de lo que cualquier “rossonero” hubiera esperado, y volvieron a estar cerca de la gloria europea 16 años después de su última Orejona.

Pero también cuenta que se aprovecharon de un camino accesible. Pasar por debajo de un Chelsea en crisis, y por encima del Salzburg y Dinamo Zagreb en grupos no es un gran reto. Después eliminar a un muy pobre Tottenham y a un decepcionante Napoli, ambos por un gol y sufriendo al final, tampoco es un camino difícil.

Puedes caer, pero siempre con la frente en alto. En cambio, el Milán se olvidó de que ha ganado siete de estas copas y se quedó helado, superado totalmente por el escenario. Además, lo hizo ante el peor rival posible, su vecino incómodo al que conoce tan bien, y ni así pudieron meter las manos.

“Il Diavolo” dio pena, nadie le avisó que se jugaba unas semifinales de Liga de Campeones, y se murió de absolutamente nada. Agridulce campaña donde se alcanzó más de lo que pensaban, pero se recordará por esta triste derrota ante el otro equipo de la ciudad.

13 años después…

Regresará el Inter a una final de UCL, aunque lo hará de una forma muy distinta a entonces. En aquel 2010 dominaban el Futbol italiano a placer, y esa Orejona fue la cereza en el pastel de un lustro magnífico de los “nerazzurri”. Vencieron con temple al Barcelona de Guardiola, tal vez el mejor equipo de la historia, y después al Bayern fácilmente en el Bernabéu.

Hoy, fuera de la coincidencia de Milito y Lautaro, ambos argentinos surgidos de Racing, hay pocas similitudes entre este Inter de Simone Inzaghi y aquel de Mourinho.

Desde la portería, que defendía Julio César y hoy está Onana, supliendo a Handanovic, quien se fue a media Copa del Mundo y fue suspendido un año por doping, pasando por la defensa, de Lúcio, Maicon, Samuel, Chivu y Materazzi a Bastoni, Acerbi, Darmian, Dumfries y Dimarco.

El medio campo es la más grande diferencia, del legendario tridente Zanetti-Cambiasso-Sneijder a Barella-Mkhitaryan-Çalhanoglu, decente pero a años luz de distancia. Adelante estaban Milito, Eto’o y Pandez, hoy Lautaro, Dzeko y Lukaku.

Una enorme diferencia de plantillas y de entrenadores. Pero poco importa eso, y que el Inter se aprovechó de un camino despejado, dejando a su paso al Porto, Benfica y Milán, además de al Barcelona en grupos.

El Inter Milán no tendrá ninguna presión el próximo 10 de junio en Estambul, toda será del City. Ya que llegaron tan lejos, no les queda nada por perder, pero sí toda la gloria europea por ganar.

¡Hasta la próxima!

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