La historia del deporte universitario que rompió barreras

La Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), en su área de Humanidades, ha sido testigo de una transformación sin precedentes en los últimos años. Lo que comenzó como una demanda estudiantil en busca de una cancha para poder practicar, se convirtió en un movimiento que marcó un antes y un después en la participación deportiva universitaria. Desde prácticas en terrenos improvisados hasta torneos nacionales, los alumnos han demostrado que la perseverancia y el espíritu competitivo pueden abrir puertas, incluso cuando todo parece estar en contra.

El inicio de una revolución deportiva

Todo empezó con la tercera generación de alumnos, quienes, cansados de la falta de espacios deportivos, exigieron la creación de un área que les permitiera competir en distintos eventos. Ante la carencia de instalaciones, realizaban sus partidos amistosos y entrenamientos en la cancha de lo que hoy es la Preparatoria 7.

“Queríamos fomentar el deporte en nuestra universidad y, sobre todo, demostrar que podíamos competir fuera de nuestras aulas”, indicó en entrevista Andrés Gómez Téllez, quien era rector de la Unach en ese tiempo. Fue él mismo quien, en más de una ocasión, utilizó su camioneta para transportar al equipo a la unidad deportiva de la colonia Patria Nueva, donde disputaban una liga local, según comentan las jugadoras de aquella generación. La intención principal siempre fue clara: dar a los estudiantes un lugar en el ámbito del deporte.

El despegue del deporte femenil

El verdadero cambio llegó en 2021, cuando Erika Guzmán López consiguió que el equipo femenil de la Unach participara por primera vez en la Universiada Regional. Hasta ese momento, las mujeres no habían sido tomadas en cuenta para eventos de esta magnitud. “Fue un logro colectivo”, recuerda Erika, quien junto a jugadoras de Humanidades, Medicina, Ingeniería y Contaduría, fue parte del primer equipo femenil universitario que disputó este torneo. De allí nació el “clásico” entre Humanidades y otras facultades, que se convirtió en un evento emblemático que hasta la fecha se lleva a cabo con mucha pasión.

Gracias a esta participación, la escuadra no solo alcanzó la etapa regional, sino también la nacional, obteniendo el apoyo total del rector y de la comunidad universitaria. “Nunca había visto tanto respaldo para el deporte femenino”, recuerda la ahora coordinadora deportiva de Humanidades.

El programa Tres Meses y el auge del deporte

Luego del éxito de la Universiada, se impulsó el programa deportivo Tres Meses, cuyo objetivo era promover diversas disciplinas entre los alumnos. Ajedrez, Tae Kwon Do y Futbol de Salón (ahora llamado Futbol Sala) fueron algunas de las competencias que se desarrollaron bajo este esquema. Además, recibieron capacitación para aprender las reglas de estas disciplinas, lo que culminó en un gran torneo de Futbol Sala en el que los estudiantes comenzaron a obtener ganancias para apoyar sus gastos.

“Empezamos el programa sin nada, premiábamos con regalos que nos otorgábamos nosotros mismos. Fuimos avanzado con taquizas, premios en efectivo, hasta crear una bolsa de trabajo en donde los mismos alumnos comenzaron a ganar dinero para poder subsistir y apoyarse en los gastos de copias, comprar libros y su material universitario en las diferentes áreas”, refiere Guzmán López, quien estuvo a cargo de dicho proyecto.

El sacrificio por el crecimiento

Sin embargo, no todo fue sencillo. Debido al crecimiento de la universidad, fue necesario construir nuevos edificios, lo que obligó a sacrificar la cancha de usos múltiples. Esto, lejos de detener el impulso deportivo, motivó la creación de talleres alternativos como acondicionamiento físico, spinning y paseos ciclistas, lo que mantuvo viva la llama del deporte en Humanidades. Cabe destacar que, luego de dos décadas, esto se sigue implementado mes con mes.

Los obstáculos de promotores

Aunque las cosas mejoraron mucho para los estudiantes en la primera década, faltaba apoyo en cuanto a la promoción del deporte, ya que en esas fechas todos los promotores deportivos eran hombres y la persona a cargo del deporte estudiantil en Humanidades era mujer. Erika Guzmán señala que por esa razón le ponían obstáculos y esto le preocupaba mucho, pero que le ayudó a crecer como persona.

“Ya después de conseguir todo para los alumnos, había personas que no daban crédito a mi capacitación por el simple hecho de ser mujer. No obstante, me preocupé más por seguir apoyando la promoción deportiva y con eso conseguimos dos hitos históricos”, remarcó.

Eventos que hicieron historia

Uno de los hitos más importantes en la historia deportiva de Humanidades de la Unach fue el amistoso entre la selección mexicana, dirigida por Leonardo Cuéllar, y la selección de Guatemala, en el estadio Víctor Manuel Reyna. Aunque dicho escenario no estaba terminado y el partido fue suspendido debido a una fuerte lluvia, este evento fue clave. “Aquel día, varias de nuestras jugadoras fueron visoreadas para participar en el encuentro”, recuerda Erika Guzmán.

Aunque el partido no se llevó a cabo, ese momento marcó el inicio de la primera Liga Universitaria de la Unach, la cual fue inaugurada por la exfutbolista Maribel Domínguez, quien declaró en aquella ocasión, según los reportes periodísticos, que estaba contenta por llegar a un estado donde se apoya a las mujeres en la disciplina del Futbol.

Actualidad

Hoy en día la Universidad Autónoma de Chiapas trabaja en conjunto con todas las áreas, por lo que quizá ya no nada más figura una en el deporte. Cuentan con una Coordinación Deportiva y participan en más de 25 disciplinas, incluso a niveles regional y nacional. Todos los alumnos han sumado esfuerzos para convertirse en una de las instituciones más ganadoras a nivel local.

La historia de la Unach es un testimonio del poder del deporte como herramienta de transformación y unión. Desde los primeros días en los que los estudiantes pedían una simple cancha, hasta llegar a ser referentes en los torneos nacionales y la creación de programas que han llevado a la universidad a nuevas alturas, han demostrado que no hay barreras que no se puedan romper con esfuerzo y dedicación.