Leonel Esaú obtiene el título de Bebé Anfibio

Momento muy especial y emotivo se vivió este sábado 27 de febrero en el Centro de Motricidad Acuática Bebés Anfibios (CMABA), pues uno de sus pequeños integrantes, Leonel Esaú Mejía López, de cinco años, consiguió alcanzar el nivel de “Bebé Anfibio” en la academia que se enfoca en trabajar aspectos motrices con infantes de edades tempranas.

Luis Aguilar García, director académico del recinto acuático, comentó a Cuarto Poder pormenores de lo que para él ha sido una de las labores más complejas que han realizado en su escuela, pero que a su vez les ha dejado una gran satisfacción e incrementado el amor por su labor.

“Es brindarle un tributo a una personita (sic) que llegó hace un año a nuestro Centro de Motricidad Acuática, y que presenta doble atipicidad: autismo y parálisis cerebral. Francamente fue un parteaguas en mi vida, me robó el espíritu; no sabíamos qué hacer, cómo atenderlo. Lo teníamos entre brazos y él demandaba movilidad.

“Decidimos usar flotadores de brazos y eso nos permitió una autonomía tremenda. Los flotadores se rompieron de tanto uso, porque el niño venía de lunes a sábado, y ya sin flotadores continuamos. Se nos ocurre ponerlo en los escalones, llamarlo y él llegaba a nosotros: nos lo hizo tres veces. La cuarta vez me dejó con los brazos extendidos, me despreció (sic), pero antes de llegar a mí hizo una respiración, volvió a sumergirse, me rodeó y se fue al otro extremo de la alberca, y jamás volvió a apoyarse conmigo. A partir de ahí adquirió el título de Bebé Anfibio que hoy (sábado) se lo entregamos”, narró con gran entusiasmo el fundador de dicho centro acuático.

Por su parte, la madre del pequeño Leonel Esaú, Becky López, expuso parte del largo y por momentos doloroso camino que han recorrido con su pequeño, buscando siempre su mejoría.

“Desde los seis meses había estado llevando terapias físicas en el Hospital Pediátrico y en el DIF; a los dos lugares asistía alternando los días. Posteriormente y por insistencia de nosotros (papás) lo pasaron a la tina pero no pasaba seguido, eran días específicos porque el médico rehabilitador no autorizaba que Esaú llevara terapia en agua”.

Tras ingresar al Centro de Motricidad Acuática, Leonel Esaú mejoró en muchos aspectos de su vida: desplazamientos más firmes, pararse por sí solo, atender al llamado de sus familiares cuando oye su nombre, su aparato digestivo también mejoró, aspectos que antes no hacía, especificó la madre del menor.

Para los padres del pequeño nuevo Bebé Anfibio, inscribir a su hijo al Centro de Motricidad ha sido la mejor decisión. “Como lo he dicho siempre, Dios mueve todo, y nos puso al profesor Luis, con quien Esaú desde el primer día hizo un ‘clic’ especial. Desde ese día mi hijo ha interactuado muy bien y estoy agradecida con Dios por tener a grandes profesores que han ayudado a mi hijo a ir mejorando”, finalizó Becky López.