"Houston, EEUU * EFE. La cuenta atrás para el gran espectáculo deportivo del ano en Estados Unidos, la disputa de la Super Bowl de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL), comenzó con la clasificación de los Acereros de Pittstburgh y los Halcones Marinos de Seattle para disputarse el título.

La gran novedad de la edición número 40 del Super Bowl está en el hecho de que se enfrentarán dos equipos con trayectorias completamente opuestas en la historia de la gran final de la competición de la NFL.

Mientras los Acereros forman parte del grupo selecto de los históricos después de haber conseguido cuatro títulos (1975, 1976, 1979 y 1980) en cinco partidos de Super Bowl -perdieron el de 1996 frente a los Vaqueros de Dallas-, los Halcones Marinos llegan a su primera gran final en 30.

La historia está por tanto del lado de los Acereros, que en sus filas tuvieron a los miembros del Salón de la Fama que encabezan el ex mariscal Terry Bradshaw, Franco Harris y Mean Joe Greene, entre otros.

Los Halcones Marinos, por el contrario, no habían ganado un partido de la fase final desde 1984.

Pero el equipo de Seattle, que completó la temporada regular con la mejor marca de la NFL, alcanzó su pase a la final después de vencer por 34-14 a las Panteras de Carolina y convertirse en el campeón de la Conferencia Nacional (NFC).

Dos jugadores fueron decisivos en sus triunfos, el mariscal de campo Matt Hasselbeck y el corredor Shaun Alexander, el Jugador Más Valioso (MVP) de la NFL y auténtico ""huracán"" que por tierra puede con todas las defensas.

A pesar de haber sufrido una conmoción en partido de semifinales de la NFC ante los Pieles Rojas de Washington, Alexander acarreó el balón para 132 yardas, nueva marca en la historia del equipo, y anotó dos ""touchdowns"".

Ahora la gran asignatura pendiente para los Halcones Marinos es demostrar, en el partido más importante de su historia, si la falta de experiencia en una Super Bowl, no les va a afectar para nada en su rendimiento.

Todo lo contrario se plantea para los Acereros, que a pesar de haber llegado a la fase final del campeonato como uno de los comodines de la Conferencia Americana (AFC) y últimos clasificados, rompieron los pronósticos y ganaron los tres partidos fuera de su campo antes de conseguir el boleto para su sexta Super Bowl.

Era la primera vez que un equipo lo conseguía desde que lo hicieron los Patriota de Nueva Inglaterra en 1985.

Los Acereros también tendrán como grandes protagonistas en el partido del próximo 5 de febrero al mariscal de campo Ben Roethlisberger y al veterano corredor Jerome Bettis, más conocido por sus companeros como el ""Autobús"" por todo el poder que tiene en las piernas y en el cuerpo.

Gracias a la inspiración de Roethlisberger, el primer mariscal que en sus dos primeras temporadas como profesional llevó al equipo a las finales de la NFC, y el empuje de Bettis, los Acereros eliminaron a los grandes favoritos al título, los Broncos de Denver, después de ganarles como visitantes por paliza de 34-17.

Pero una vez que se ha conseguido el pase a la gran final del Super Bowl nada de lo que se haya podido hacer durante la temporada regular y la fase final cuenta, simplemente tiene validez lo que consigas en el partido decisivo.

De ahí que ambos equipos disfruten de 15 días de descanso para que puedan definir estrategias, recuperar lesionados y coger el máximo de fuerzas que les permitan luchar el ciento por ciento de su potencial en busca del gran título.

Dos hombres, Bill Cowher y Mike Holmgren -los entrenadores de ambos equipos- tendrán la gran responsabilidad de canalizar todo ese trabajo.

Cowher, de los Acereros, es el entrenador que más anos lleva en el mismo equipo dentro de la NFL después de haberse hecho cargo en 1992 y permanecer toda su carrera en Pittsburgh.

Bajo la dirección de Cowher, los Acereros han disputado seis finales de la AFC para ganar dos y perder cuatro con una participación en la Super Bowl de 1996 que perdieron por 27-17 frente a los Vaqueros de Dallas.

Mientras que Holmgren, que llegó a Seattle en 1999 para reconstruir el equipo después de haber ganado una Super Bowl y perdido otra con los históricos Empacadores de Green Bay, ha visto compensado todo su trabajo, consistencia y paciencia con el gran premio de volver a la gran final.

Nadie se atreve a hacer pronósticos, menos los responsables del mundo de las apuestas en Las Vegas (Nevada), que ya tienen montada toda la maquinaria para vivir lo que es también el día más importante del ano en sus negocios y han elegido como equipo favorito a los Acereros.

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