Luz María, como sirena en el agua

Por su destacada participación en la Paralimpiada Nacional 2015 celebrada en Querétaro, Luz María Castillo Moreno, recibió el llamado por parte de la Federación Mexicana de Deportes Sobre Silla de Ruedas (FEMEDESSIR) para realizar concentraciones en el Centro Paralímpico Mexicano (CEPAMEX) en la Ciudad de México en este 2015.

La nadadora chiapaneca platicó para Cuarto Poder cómo se involucró en el deporte de la natación, “empecé con el aniversario de mi club, People Sport, y a las dos semanas me hablaron de la asociación de silla de ruedas para hacer unas pruebas, vine a Tuxtla a que me las hicieran y me dijeron, “te vamos a llevar al nacional para foguearte”, no pensaron que traería medalla, después en Querétaro al ganar, todos se quedaron impresionados, incluso el entrenador nacional, porque fue algo inexplicable para ellos”.

“Después conocí al entrenador Fernando Velez, y me dijo que quería que formara parte de su equipo, así que estuve mes y medio con él en la ciudad de México para prepararme para Río 2016, desafortunadamente no pudimos lograrlos, estaba muy cerca, pero hubo una caída, pero eso me ayudó para levantarme con más ánimo, ahora viene un juvenil en el 2017”.

Referente a su llamado expuso su nerviosismo, “para ser mi primera experiencia tenía algo de inseguridad, al ver a compañeros que ya tienen años nadando, además competir con personas que tenían brazos y piernas y decía, ahora que voy hacer, tenía algo de incertidumbre, pero al momento de lograrlo fue una satisfacción porque no me lo esperaba, muchos dirán que fue un golpe de suerte, pero todo el sacrificio vale la pena”.

Agregó, “muchas personas pasan años esperando una convocatoria de este tipo, entonces fue una emoción, no sabía a lo que me enfrentaría, además dejar mi vida social y personal en Comitán, entonces si era un poco de temor, además la carga de trabajo, que no es la misma”.

La chiapaneca detalló lo vivido en la concentración, “fue una preparación productiva, aumentando poco a poco, me lesioné del cuello, pero era normal, porque era primeriza, me tenía que acostumbrar a la dieta, a los ejercicios en tierra, al trabajo de fondo, porque estaba acostumbrada a nadar dos kilómetros y ahora nado de 5 a 7, así que fue una gran diferencia, pero mi entrenador me dijo, quieres ser grande, tienes que sacrificar muchas cosas, porque del cielo no te va a caer nada”.

Referente a su vida personal platicó, “estudio el quinto cuatrimestre de derecho, es complicado llevar las dos actividades, pero agradezco al rector y maestros, más ahora que estuve en la ciudad de México, pero he contado con el apoyo incondicional para seguir adelanta con el estudio”.

Además reconoce el apoyo de su familia, “yo nadó en la alberca, pero detrás de mi hay mucha gente que me ha estado apoyando, mis entrenadores, familia, amigos y principalmente a Dios, porque me está dando vida y fortaleza para seguir adelante, se que los planes de Dios son perfecto y por esto me dio esta facultad de nadar y aprovecharla al máximo”, concluyó