Magaly, sutileza a través de las Artes Marciales

Atleta, entrenadora, juez y escritora son algunas de las brillantes piezas que componen el mosaico multicolor hecho mujer en la figura de Magaly Elizabeth Ramírez Castillejos.

Ostenta la cinta negra 2º Dan en Karate Do, tras una fulgurante carrera deportiva que inició hace más de 30 años y que la llevó a ser referente deportivo para Chiapas, particularmente a nivel universitario, cuando su nombre resonó con gran fuerza al ser medallista en Universiada Nacional por la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach), además de vestir con éxito los colores de México con un segundo lugar en la modalidad de kumite (combate) y tercero en kata (formas) en el 25º Torneo de Aniversario de la Federación Salvadoreña de Karate Do, en El Salvador.

Actualmente, Magaly se desempeña como instructora del dojo Fit & Go Bicentenario de Tuxtla Gutiérrez, papel que alterna con otra de sus pasiones, la escritura, como integrante del colectivo Tejedoras de vida, pues escribir es para ella un medio y la oportunidad de dar voz a otras mujeres, a sus pensamientos y emociones.

“Cuarto Poder” charló largo y tendido con la artemarcialista y poetisa tuxtleca, egresada de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación y con maestría en Educación con terminal en Integración Educativa, egresada de la Universidad Valle del Grijalva (UVG), quien compartió su sentir como mujer destacada en el deporte.

Magaly, ¿cómo te iniciaste en el Karate?

Fíjate que fue bien curioso. Recuerdo que cuando estaba muy pequeña, a mi papá le gustaban mucho las películas de Artes Marciales y en aquel entonces estaban muy de moda las de Bruce Lee y Chuck Norris. Entonces mi papá se ponía a jugar conmigo a las luchitas y me decía “cuando yo encuentre una escuela te voy a meter a entrenar”, y curiosamente, un día, en la calle le entregan un volante de una escuela de Karate que estaba ubicada donde estaba antes la (terminal) Cristóbal Colón.

Yo inicié en esa escuela que era de Shoto Kan y estaba a cargo el maestro Freddy Castellanos Alatorre, que es quien me inicia en las Artes Marciales y definitivamente quien deposita en mí la semilla y el amor por esta disciplina.

¿Cuántos años llevas practicando el Karate?

Empecé en 1991 y ha sido continuo hasta el 2005. Ahí, obviamente, las cuestiones profesionales toman su parte en mi vida, me alejo un poquito en cuanto a la práctica, pero no en cuanto a mis actividades como juez de torneos. Donde yo laboraba, que era una institución educativa particular, también me dediqué a dar clases de Karate. No estábamos completamente de lleno porque los tiempos ya no me lo permitían, pero en sí nunca lo he dejado.

¿Y qué es lo que más te gusta del Karate?

Primero que se vuelve un estilo de vida. Quien adopta el Karate como parte de su vida, realmente nunca lo va a dejar, siempre va a estar presente de manera recreativa o de manera competitiva, y creo que lo que más me gusta es la esencia de que a partir del deporte se crean otros vínculos, se crea una familia diferente… Obviamente, la familia de sangre es muy importante, pero la familia que vas generando con la amistad del Karate se vuelve trascendente en tu vida.

Ahora que eres más que nada entrenadora, ¿cómo vives esta faceta?

Hace casi cinco años atravieso por una situación laboral difícil, y si bien es cierto que estaba activa siendo juez y capacitándome en otros aspectos, recibo una invitación para dar clases en un deportivo. Dos horas diarias, de lunes a viernes, atiendo niños de entre 3 y 15 años de edad, y también estaba dando clases en un fraccionamiento particular, y en casa, con una persona adulta. Y fíjate cómo es el Karate de bonito, porque después del buen trabajo que desempeñas, tiene sus frutos porque la persona que administra aquí, Tania Ortega, ma invita a dar clases. Ella fue directora del Departamento de Deportes de la Unach y yo fui muchos años competidora de la universidad. Fui seleccionada nacional y tengo tres medallas; soy de las pocas atletas que tienen esas medallas.

¿Dentro de tu deporte has enfrentando algún tabú por ser mujer?

Mira, este es un deporte que ante los ojos de los demás es para caballeros, para hombres. Hablar de la figura femenina en los deportes de contacto es un camino escabroso, porque generalmente lo asocian con la práctica de un hombre, es muy difícil abrirse paso.

Afortunadamente, cuando tienes buenos resultados te vas ganando el respeto y la admiración de la gente y eso te va permitiendo abrirte la brecha y las puertas. Sin embargo, hasta hoy día sigue habiendo los tabúes y esta forma elitista de manejar este tipo de deportes. Realmente es muy difícil ingresar a una posición administrativa dentro de alguna asociación siendo mujer.

Si tú ves en la mayoría de las asociaciones de contacto, son presidentes hombres los que las dirigen. Yo actualmente estoy como vocal junto con otra instructora, dentro de la Asociación Deportiva y Tradicional de Karate Do del Estado de Chiapas, y creo que hasta este momento ha sido a lo más que hemos podido aspirar las mujeres en este ámbito.

Sí ha sido muy difícil mantenerse, ganarse el respeto, e incluso te voy a decir una cosa: antes no había tantas protecciones (para los combates), no utilizábamos espinilleras, caretas… era otro tipo de contacto, y entonces de repente venían y decían “pégale a Magaly”, y yo lo escuchaba y la única manera en la que podías ganarte el respeto era defendiéndote, y otra, acomodando buenos impactos. Tenías que ejercer esa forma para que te pudieras ganar el respeto de los compañeros que entrenaban contigo e incluso de las mismas competidoras. Había que utilizar fuerza excesiva para ganarte ese respeto.

Eso suele pasar en las Artes Marciales, que ahora vemos muchas competidoras brillando en el Boxeo, en el Muay Thai, pero seguimos arrastrando esto de que un deporte de contacto tiene que ser a fuerzas practicado únicamente por hombres, y no es cierto, hay muchas mujeres que han destacado y que lo siguen haciendo. Aunque no podemos comparar la fuerza de un hombre con el de una mujer, porque física y anatómicamente eso tiene una diferencia, sí podemos hacer un buen trabajo y tenemos las capacidades para lograr un buen desempeño dentro de estas disciplinas.

¿Cuáles han sido tus máximas satisfacciones?

Mi logro más grande es que me ha hecho sentir plena en muchos sentidos. El Karate ha sido una disciplina que me ha dado, como te decía anteriormente, muchas satisfacciones personales, a nivel profesional y a nivel de competencia.

En mi época de competencia tuve la fortuna de ser una de las mejores del estado. En el 95, aunque era una cinta verde, tuve la fortuna de ser seleccionada para unos Panamericanos. Y esas son de las grandes satisfacciones, así como el superar mis propias limitaciones dentro de la disciplina.

El Karate también me ha abierto las puertas porque me ha proporcionado muchos espacios laborales y estoy eternamente agradecida con esta disciplina por eso, pero el mayor logro creo que es superarme día con día y que esa disciplina esté presente dentro de mi vida, más allá de los lugares y buenos resultados que hemos obtenido a nivel estatal o a nivel nacional. Incluso pude participar en un evento internacional en El Salvador. Entonces, realmente este deporte ha sido muy benévolo conmigo.

Finalmente, ¿qué mensaje mandarías en el marco de este Día Internacional de la Mujer?

Lo que le quiero decir a todas las mujeres es que todas somos muy capaces de lograr nuestras metas y objetivos. Creo que la perseverancia es una palabra clave que debemos tener dentro de nuestra vida, y definitivamente tenemos que trabajar para alcanzar nuestras metas, porque nada es imposible.

Quiero decirles también que hay que disfrutar de manera sana, de manera recreativa cada deporte. No importa cuál practiquen, pero que se practique con amor. Creo que cuando las cosas se hacen con amor se logran muchas metas.

También decirles que el deporte no está peleado con la cultura. Yo he tenido la oportunidad de incursionar en las dos áreas. Hay mucha gente que dice “es que ha de ser bien mala” o “ha de ser muy violenta”, pero no es así. La persona que practica un arte marciales no necesariamente tiene que ser brusca o no empática; al contrario, las mujeres que practicamos un deporte de contacto podemos ser muy sutiles, tanto que incluso tu servidora participa actualmente en un colectivo de escritoras en Tapachula. Tuve a bien coincidir con ellas, y a mí me gusta la poesía, ya tenemos publicadas algunas cosas.

Entonces, cada sueño, meta o logro que uno pueda tener necesita trabajo, perseverancia y amor. Las mujeres que practican cualquier deporte tienen estos tres elementos y eso es suficiente para que ellas logren adquirir y tener un bienestar físico, emocional y social. Así que la invitación es para que no se limiten, porque muchas veces somos nosotras las que nos limitamos desde el pensamiento, desde que decimos “no voy a poder” o “no voy a lograrlo”; desde ahí nos limitamos nosotras, y para limitarnos ya hay muchas personas más atrás que nos van a poner trabas. Así que lo primordial es pensar “yo puedo”, “yo lo voy a lograr” y hacer las cosas con amor. Y el esfuerzo tiene que estar, definitivamente, todo el tiempo. Sin eso no se puede lograr nada; todo necesita un trabajo arduo, pero con conciencia, con la idea y el objetivo claro de lo que quiero tener y lograr.

Decirles eso y también que cuando hay sororidad entre las mujeres podemos lograr grandes cosas. Ahora estamos en un tiempo de cuidarnos mutuamente como sociedad, no solo de manera individual sino también colectiva. Todo lo podemos lograr.