En una final de alarido, Niupi se coronó campeón de la Liga Rosañera al vencer a Rosario FC en un duelo lleno de emociones que se celebró la noche del viernes en la colonia El Rosario. Ambas escuadras llegaban a este encuentro con una historia previa: en la última edición, Niupi cayó 3-1 frente a Rosario FC, por lo que esta era una oportunidad para la revancha y la conquista del trofeo.
Desde el primer minuto, Rosario FC demostró por qué era el vigente campeón y favorito al título. Francisco Mata abrió el marcador para Rosario con un gol de antología desde un tiro libre que dejó sin respuesta al guardameta rival y desató la euforia de su afición. La ventaja inicial dio confianza al equipo, que se volcó al ataque para seguir imponiendo condiciones en la cancha. Antes de concluir la primera mitad, Fabián Gutiérrez amplió la ventaja a 2-0, consolidando un dominio que parecía inquebrantable y alimentando la expectativa de un posible bicampeonato.
Sin embargo, el rumbo del partido cambiaría radicalmente en la segunda mitad. Apenas al inicio del complemento, Rosario FC sufrió la expulsión de Moisés Sánchez, quien vio la segunda tarjeta amarilla. Esta decisión dejó a Rosario con un hombre menos en el campo y le dio a Niupi la oportunidad de hacerse del control. Aprovechando la superioridad numérica, Niupi comenzó a atacar con más agresividad, presionando desde todos los sectores y llevando el balón hasta el área de Rosario.
La segunda mitad fue un espectáculo de intensidad y juego ofensivo por parte de Niupi, que atacaba sin cesar en busca de descontar en el marcador. Aunque Rosario se mantenía replegado en su campo, su arquero tuvo que intervenir en varias ocasiones para salvar su arco de una remontada anticipada. Dos atajadas cruciales evitaron que Niupi anotara antes y mantuvieron la esperanza para Rosario, que intentaba aguantar con un jugador menos. Pero la constante presión finalmente dio frutos para Niupi.
La insistencia de Niupi se tradujo en el gol del descuento, cortesía de Erwin Velasco, quien con precisión y buen posicionamiento comenzó a poner en aprietos a la defensa de Rosario. Minutos más tarde, Velasco volvió a aparecer para igualar el marcador 2-2, tras una jugada colectiva que fue celebrada como si fuera el tanto del campeonato. La remontada de Niupi reavivó el ánimo de su afición y puso fin a la calma en las gradas, con ambos grupos de seguidores apoyando intensamente en la recta final.
El empate obligó a definir al campeón en una tanda de penales en la que los nervios y la precisión serían factores clave. Rosario, que había visto a Fabián Gutiérrez como uno de sus héroes al anotar el segundo gol, experimentó un momento desafortunado cuando este mismo jugador falló el primer intento, dando una ventaja anímica a Niupi. Sin margen de error, este aprovechó cada disparo y mostró una frialdad destacable al acertar todos sus penales, asegurando el título de campeón.
Para Niupi, el triunfo representó una revancha histórica y el cierre de un ciclo de esfuerzo constante para alcanzar el campeonato. En contraste, Rosario FC vio cómo su sueño de obtener el bicampeonato se desvanecía en los penales, cerrando un capítulo que, a pesar de la derrota, dejó un juego memorable.