El Deportivo Roma volvió a vivir una velada de emociones extremas con la más reciente función de Lucha Libre, en la que el público disfrutó de duelos cargados de rivalidad, vuelo, rudeza y drama. Con una asistencia que rozó el lleno total, los aficionados se entregaron en cada caída, coreando los nombres de sus ídolos y abucheando a los villanos de la noche.
La batalla semiestelar, catalogada como lucha semifinal, enfrentó a Mexicano, Príncipe Zoque y Murcy Jr. con Chucho el Roto, Dantaleon y Capitán Furia, en una contienda que terminó con descalificación, pero que dejó sangre, tensión y una historia abierta. La enemistad entre Mexicano y Furia volvió a encenderse con intensidad; la afición fue testigo de un enfrentamiento que rebasó lo deportivo, con golpes directos, rostros ensangrentados y un intercambio de palabras que avivó el odio entre ambos gladiadores.
El retorno de Chucho
Uno de los momentos más comentados de la noche fue el regreso a Chiapas de Chucho el Roto, quien sorprendió a todos al aparecer en el bando rudo. El capitalino, recordado por haber perdido la cabellera en el mismo recinto, decidió unirse a quien fuera su verdugo, Capitán Furia, formando una dupla que generó gran reacción de los espectadores. El Roto conquistó nuevamente a la afición del Roma, aunque esta vez desde el papel del villano, mostrando su experiencia y su estilo agresivo.
Durante la lucha, los seis combatientes desataron una auténtica guerra sin límites: la batalla salió del cuadrilátero y se extendió por todo el recinto, donde sillas, lámparas y objetos metálicos fueron utilizados como armas improvisadas. El sonido de los impactos resonó entre los gritos del público que pedía “¡otra!, ¡otra!”, mientras la violencia crecía a cada minuto.
Vuelos garantizados
No podían faltar los espectaculares lances hacia fuera del ring, que mantuvieron a todos de pie. Sin embargo, la rivalidad personal entre Mexicano y Furia acaparó los reflectores. En el clímax del combate, Capitán Furia cometió un flagrante fault sobre Mexicano, a la vista del réferi y de toda la gente, lo que provocó la descalificación inmediata del bando rudo. La rechifla fue ensordecedora contra el “Gringo Loco”, quien decidió escapar del cuadrilátero mientras su rival, con el rostro ensangrentado, levantaba el brazo junto a “El Chilango” y “Chiapasboy”, encendiendo los aplausos del público.
La lucha especial también ofreció un espectáculo digno de la noche. Kisha Catt, Arjen y Vértigo se midieron con Steelman, Príncipe Torbellino y Gladiador Jr., en un duelo que destacó por su ritmo vertiginoso y la rudeza inusual mostrada por Kisha. La luchadora conocida por su técnica limpia sorprendió al mostrar un lado más salvaje y contundente, respaldada por los Ultraviolentos, quienes exhibieron poderío y coordinación en sus ataques.
Desde la primera caída, los rudos tomaron el control con castigos en conjunto que doblegaron a los técnicos: poderosos “powerbombs” y una plancha desde la tercera cuerda por parte de Arjen sellaron el primer punto de la contienda. No obstante, la respuesta de los adversarios no tardó en llegar; con espectaculares vuelos hacia el exterior del ring, Steelman logró empatar las acciones al rendir a Kisha Catt, levantando una ovación entre los asistentes.
La tercera caída fue decisiva y brutal. Vértigo, haciendo valer su tonelaje, impuso condiciones frente a Príncipe Torbellino, castigándolo sin piedad hasta dejarlo sin posibilidad de continuar. El joven gladiador tuvo que ser retirado en camilla, mientras sus compañeros reclamaban la rudeza excesiva del rival. Con esto los Ultraviolentos se llevaron la victoria, cerrando una contienda de alto impacto.












