Los cinturones que lo acreditan como campeón del mundo en cuatro diferentes categorías no son lo único que adorna las vitrinas del corazón de Saúl Álvarez. Hay otros trofeos que hasta podrían tener un lugar más especial, y este sábado intentará ganar uno de esos.
Acostumbrado a lidiar con rivales dentro y fuera del ring, el “Canelo” tiene un nuevo objetivo: conquistar mercados distintos, oportunidad que se le ha presentado por la pandemia de covid-19.
Las restricciones para los eventos deportivos con público en Las Vegas han llevado al púgil tapatío a la Costa Este de Estados Unidos, región donde no hay arraigo por los boxeadores mexicanos. Para muestra, lo que sucede con las entradas para la cartelera que Álvarez y el turco Avni Yildirim encabezarán este sábado en el estadio Hard Rock, hogar de los Dolphins en la NFL. Florida sí acepta aficionados en eventos deportivos, aunque de forma limitada.
Para la pelea en la que el mexicano expondrá los cinturones supermedianos del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Asociación Mundial (AMB), se habilitaron 15 mil de los poco más de 65 mil lugares que tiene el inmueble, pero hasta el jueves por la noche solo se habían vendido cerca de 10 mil, fenómeno que no sucede en la Ciudad del Pecado, donde Saúl es garantía de lleno. “Me siento muy contento de estar en Miami, abrir una plaza para una nueva pelea“, asegura el púgil mexicano. “Espero que sea la primera de muchas”.
Todo depende del impacto mediático que alcance, para lo que será clave noquear a un adversario que no luce tan poderoso.