Se dio la primera sorpresa en el repechaje, con la goleada 0-3 de Pachuca sobre Santos Laguna en el mismísimo estadio Corona.
La sorpresa no es por la posición en la tabla, ya que estaban empatados en puntos, Santos fue local por diferencia de goles, sino porque los Tuzos aún sufren por el brote de Covid-19 que afectó a varios de sus jugadores, llegando en aparente desventaja, pero...
Pero la realidad fue que Pachuca dio una muestra de que con paciencia se pueden dar resultados ante unos santistas irreconocibles, con mucho ímpetu pero poca idea, nada digno para aspirar entrar a la Liguilla.
Esto es un serio golpe para grupo Orlegi, que fracasó en este torneo, ya que Atlas se quedó en el último lugar de la tabla y Santos no quedó entre los ocho mejores.
Lo más trascendente del primer tiempo, más allá del gran gol de Víctor Guzmán (36’) a excelente servicio de Erick Aguirre, fue el intento de pelea entre los técnicos Paulo Pezzolano y Guillermo Almada, por lo cual ambos salieron amonestados.
Fuera de eso el juego cayó en dos vertientes, intentos desorganizados de los laguneros y centros a balón parado de parte de los hidalguenses, que gracias a eso se vieron más peligrosos. Pero más allá de la intensidad, el juego pasó inadvertido.
En la segunda parte Pachuca finiquitó cuando el portero Carlos Acevedo fue de lo ridículo a lo sublime: el joven guardameta escupió un tiro controlable, derivó que lo fusilaran en dos ocasiones más y en la tercera Óscar Murillo metió el segundo (54’).
Para cerrar la fiesta tuza, Roberto de la Rosa puso el tercero (84’) en la frente santista con una gran pared con Víctor Dávila.