Rinden emotivo homenaje a Hermelindo Maza

Rinden emotivo homenaje a Hermelindo Maza

Un emotivo homenaje se llevó a cabo en el parque Fundamat de Tuxtla Gutiérrez para despedir a Hermelindo Maza Zárate, un querido atleta chiapaneco que durante más de una década formó parte esencial del Club Amigos Fundamat. Su fallecimiento, ocurrido hace un par de días, conmovió profundamente a la comunidad atlética de la capital, que se reunió para rendirle tributo con respeto, cariño y gratitud.

Desde tempranas horas, corredores, familiares y amigos comenzaron a llegar al emblemático parque donde Hermelindo solía entrenar cada mañana. El ambiente, aunque marcado por el luto, también estuvo lleno de recuerdos, sonrisas melancólicas y un profundo reconocimiento hacia un hombre que, más allá de ser un atleta, fue un ejemplo de constancia, generosidad y compañerismo.

El acto simbólico más representativo del homenaje fue la colocación de sus tenis en una estructura del parque. Esta tradición, exclusiva del Club Fundamat, honra a aquellos corredores que han partido, colgando sus tenis como símbolo de que su legado sigue presente en cada zancada de quienes continúan en la ruta. La responsabilidad de este acto recayó en José Brunet Civit, encargado de dicho espacio y quien conmovido cumplió el rito que une para siempre a Hermelindo con el corazón del grupo.

Uno de los momentos más significativos fue la intervención de sus hijos mayores, Zoraida del Carmen Maza y Aurelio Maza. Ambos tomaron la palabra para compartir recuerdos y agradeciendo la presencia de cada persona. Con la voz entrecortada, relataron cómo su padre encontraba en el deporte una forma de vida, una fuente de felicidad y una razón para levantarse cada día con entusiasmo.

“Mi papá no solo venía a correr, venía a encontrarse con sus amigos, a compartir risas y a regalar palabras de aliento. El parque era su segunda casa”, expresó Zoraida, ante la mirada atenta y emocionada de los presentes.

Por su parte, Jorge Antonio Román Escandón, quien fuera su compañero más cercano en el club, ofreció unas palabras que resonaron con fuerza en los corazones de todos. El homenaje concluyó con una serie de aplausos prolongados que rompieron el silencio del lugar, como un eco de gratitud que se elevó al cielo. Muchos coincidieron en que Hermelindo no solo deja un hueco en las filas del club, sino también una huella imborrable en la memoria colectiva de quienes lo conocieron.

En Fundamat, donde cada atleta es parte de una gran familia, el nombre de Hermelindo Maza Zárate vivirá en cada entrenamiento, en cada paso firme sobre el asfalto, en cada amanecer donde un grupo de amigos se reúne no solo a correr, sino a compartir vida. La despedida fue digna de un hombre noble, constante y lleno de luz.

La comunidad atlética del citado parque dijo adiós a un amigo, pero también celebró su legado, su pasión y su entrega. Porque en cada corredor que siga adelante habrá un poco de Hermelindo acompañando el trayecto.