América llegó a Los Ángeles con la misión de limpiar las lágrimas tras perder la corona en la Liga MX, cobrar revancha y sellar su boleto al Mundial de Clubes, pero murieron en el intento y, en cambio, recibieron un muy duro golpe. Fracaso total.
Si perder la final ante Toluca no tenía tintes de fracaso debido al mérito de disputar cuatro finales en fila, esta derrota (2-1) frente al LAFC lo es, y sin excusa.
Los azulcrema se quedaron a instantes de conseguirlo. Se fueron arriba con el penalti de Brian Rodríguez a los 64’, pero a los 89’ dejaron escapar la ventaja en un tiro de esquina. Sí, otra vez a balón parado. Igor Jesús apareció dentro del área para empatar el marcador y mandar las acciones a tiempo extra.
Cuando parecía que todo se definiría en tanda de penaltis, apareció Denis Bouanga y con un fortuito disparo que fue desviado mandó el balón a las redes para sellar el triunfo de los de negro y dorado.
Los de Coapa querían rodearse de los mejores, embolsarse casi 10 millones de dólares y limpiar las lágrimas que todavía aparecen por dejar ir el tetracampeonato.
Este domingo volvieron a fallar. La era de André Jardine ha sufrido dos duros golpes en menos de una semana. Al final, todos se reunieron al centro del campo, pero ya no había nada que hablar, las caras largas decían más que mil palabras.
Jardine envía mensaje
En menos de una semana, América y André Jardine le han dado a su afición dos duros golpes, dos desilusiones que han golpeado severamente su proyecto.
“Estamos bastante dolidos. Va a ser un periodo duro que vamos a atravesar y hay que atravesarlo juntos. Y bien, con la absoluta certeza de que vamos a movernos en dirección a estar más fuertes para el próximo torneo”, declaró el brasileño.
Jardine no ocultó su tristeza, y fue autocrítico al reconocer que les faltó algo para conseguir los objetivos que tenían trazados para esta semana.
“Que sigan creyendo, que nosotros queremos mucho dar este paso al frente. Si aún no sucedió es porque aún nos falta algo y vamos a buscar entender lo que nos falta. Y que sigan creyendo. Su dolor es el nuestro”, concluyó.
