La jornada 10 de la Liga Soccer Tux 7 se vivió con gran intensidad en la cancha Salvador Cabañas, donde Santa Fe Mavel logró imponerse 1-0 a León Filial Tuxtla en un partido de alto desgaste físico y con escasas oportunidades claras. El único gol del encuentro llegó gracias a la definición de Luis Valverde, quien se convirtió en el héroe de la noche.
El primer tiempo estuvo marcado por el equilibrio. León Filial Tuxtla intentó adueñarse de la posesión y generar peligro con toques cortos, mientras que Santa Fe Mavel optó por un bloque defensivo sólido y transiciones rápidas. Las jugadas de gol fueron contadas, con ambos porteros respondiendo bien cuando fueron exigidos.
A medida que avanzaban los minutos la presión en el mediocampo aumentó y los espacios para atacar se reducían. El juego se volvió más físico, con entradas fuertes y disputas intensas por cada balón dividido. El marcador sin goles reflejaba la paridad entre ambas escuadras al llegar el descanso.
La segunda parte tuvo un inicio más dinámico. Santa Fe Mavel adelantó líneas y comenzó a llegar con más insistencia, buscando sorprender a su rival con desbordes por las bandas y disparos desde fuera del área. Fue en el minuto 52 cuando cayó la única anotación: una recuperación en terreno rival terminó en los pies de Luis Valverde, quien controló, amagó a su marcador y definió con un potente disparo cruzado que dejó sin opciones al guardameta.
Después del gol Santa Fe Mavel replegó su defensa y apostó a los contragolpes, mientras que León Filial Tuxtla se volcó al ataque en busca del empate. Los minutos finales fueron de tensión, con llegadas al área que no lograron concretarse y un cierre lleno de nervios para ambos lados.
El silbatazo final decretó la victoria de Santa Fe Mavel, que con este resultado suma tres puntos valiosos y se mantiene firme en la lucha por la parte alta de la tabla. León Filial Tuxtla, por su parte, deberá ajustar su ofensiva para revertir la situación en sus próximos compromisos.
La afición presente en la cancha Salvador Cabañas pudo disfrutar de un partido cerrado, donde cada jugada se vivió con intensidad y el mínimo error podía cambiar el destino del marcador. Al final, la efectividad en el momento preciso marcó la diferencia.