Las cartas están puestas sobre la mesa. Las opciones ya las conocen todos. La votación será mañana, pero la decisión parece ya estar tomada desde ayer.
El Clausura 2020 no tendrá fin, el torneo se cancelará, no habrá campeón. Todos los esfuerzos de la Liga MX y los clubes se enfilarán hacia el Apertura 2020, para su realización con todas las precauciones debidas por la pandemia de coronavirus.
La Liga MX, presidida por Enrique Bonilla, está preparada para todo. Las propuestas de reanudación y diversos calendarios están sobre la mesa, tomando en cuenta todo: torneo local, certámenes de la Concacaf, cómo quedaría la tabla de cocientes... Pues se supone que los últimos tres lugares deberán pagar una multa conjunta de 240 millones de pesos, y hasta qué pasaría con la final de la Copa MX entre el Monterrey y el Tijuana, que también sería sacrificada por el bien común.
Pero la decisión está tomada sobre la cancelación.
La votación se inclina a que un 80 % de los equipos desea dar carpetazo al torneo. Las negociaciones con televisoras y patrocinadores, que aceptarían pagar en su totalidad el Clausura 2020 —para buscar un nuevo esquema en el Apertura 2020—, han inclinado la balanza hacia ese apartado, mientras que el 20 % restante, que aparentemente lo integrarían el Guadalajara y los Pumas, quiere que se haga un último esfuerzo para terminar.
En sí, todo esto servirá para comenzar de cero y armar un muy buen plan para el Apertura 2020, que se llevará a cabo —sin lugar a dudas— a puerta cerrada, pero en las sedes de cada uno de los equipos, no en una sola región, como era una de las opciones principales.
Si la pandemia lo permite, y si los clubes llegan a un acuerdo, hasta existiría la posibilidad de abrir fechas para la selección nacional, ya sea para juegos oficiales o para cumplir con los compromisos que se tienen pactados en Estados Unidos con la empresa SUM, lo que —de alguna forma— genera muchos recursos para la Federación Mexicana de Futbol y los mismos clubes.